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Barcelona refuerza la seguridad privada en grandes fiestas como Gràcia o La Mercè

El contrato para vigilar la celebración de septiembre se ha encarecido un 20% por el nuevo convenio sectorial

El metro de Barcelona incorporará 50 vigilantes más y llegará pronto a los 800 agentes

El festival Acústica de Figueres se blinda con seguridad privada ante la afluencia masiva de asistentes

Agentes de seguridad en la calle Menéndez y Pelayo durante las fiestas de la Mercè del 2023

Agentes de seguridad en la calle Menéndez y Pelayo durante las fiestas de la Mercè del 2023 / JORDI OTIX

Meritxell M. Pauné

Meritxell M. Pauné

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La seguridad privada se afianza en Barcelona como apoyo a los cuerpos de seguridad públicos, tanto para externalizar labores preventivas como para afrontar picos de trabajo. Es el caso de las fiestas mayores más masivas, como la Mercè y Gràcia. Las primeras acaban de adjudicar sus dos contratos de vigilancia habituales, que mantienen la previsión de horas de servicio pese a un notable encarecimiento: más del 40% en dos años por el nuevo convenio del sector. Las segundas han finalizado con éxito una experiencia inédita con 8 vigilantes uniformados.

El Institut de Cultura de Barcelona (ICUB) ha resuelto este mes un importante paquete de contratos de vigilancia privada para los grandes eventos culturales de los próximos dos años. El presupuesto de los 11 lotes de la licitación llega a 3,3 millones de euros. Los dos primeros lotes son para la Mercè, uno específicamente para los conciertos y el otro para el resto de actividades. Los otros contratos cubren, entre otros, las fiestas de Santa Eulàlia, los festivales Llum BCN y Grec, el belén de plaza Sant Jaume, el espectáculo de Fin de Año y la Cabalgata de Reyes.

“En el caso de la Mercè se adjudican los dos lotes a empresas distintas para no tener el trabajo acumulado en una única empresa”, argumentan fuentes municipales a EL PERIÓDICO. No solo es una precaución, sino una necesidad ante la gran demanda de personal: en los momentos de máxima actividad la Mercè tiene a unos 200 vigilantes operativos de forma simultanea. Las dos beneficiarias han sido la empresa mataronense Wakeful (434.935,81 euros) y la bergadana Sistach (335.575,93 euros).

Vaciado policial de la avenida Maria Cristina tras una noche de conciertos de la Mercè 2023

Vaciado policial de la avenida Maria Cristina tras una noche de conciertos de la Mercè 2023 / JORDI OTIX

El precio del encargo se calcula con una previsión provisional de horas de servicio, explica el consistorio, en función de cuántos días dure ese año la Mercè y de la experiencia en las anteriores ediciones. El papeleo empieza antes que estén cerradas la programación y la operativa de seguridad, así que el coste final para las arcas municipales se ajusta a posteriori. “Se hace liquidación al final del evento, ampliando o reduciendo el total dentro de los límites legalmente permitidos”, apuntan portavoces municipales.

Encarecimiento

El ICUB tiene ya una previsión lista para la Mercè 2024. Estima que harán falta 13.590 horas de vigilancia, ligeramente por encima (+1,33) de las requeridas el año pasado y el anterior (+1,32%). Sin embargo, el coste será muy superior: 318.393,28 euros más IVA, lo que supone un encarecimiento del 21,77% respecto a 2023 y del 41,51% respecto a 2022.

“Aunque se ha mantenido un número de horas similar, el incremento de coste es considerable debido al aumento de precios que ha comportado el nuevo convenio del sector de seguridad”, desvela el consistorio, a preguntas de EL PERIÓDICO. En 2022 todavía se aplicaba el convenio aprobado en 2018, el año pasado se hizo uno de transición y ahora ya se aplican los precios unitarios del nuevo convenio, “que podrá prorrogarse hasta 2029”, avanzan las mismas fuentes.

Concierto de la Mercè de 2023

Personal de apoyo en un concierto de la Mercè de 2023 / MANU MITRU

La seguridad privada en la Mercè se encarga principalmente del control perimetral de actividades. Se coordina directamente con las distintas policías cuando se destina a labores de vigilancia y apoyo, mientras que forma equipo con controladores de acceso e informadores si se les pide regular flujos de público o custodiar cortes de calles.

Fiestas de Gràcia

La celebración graciense ha contado por primera vez con ocho trabajadores de una empresa de seguridad profesional, como refuerzo de los 69 controladores que velan por la fluidez de las visitas a las calles decoradas. Concretamente cada tramo engalanado cuenta con dos en horario diurno, ubicados en la entrada y en la salida, y un tercero para la noche. Igual que los agentes cívicos, su función no puede ir mucho más de avisar cuando surge un incidente.

Los vigilantes, en cambio, cambian de posición a lo largo de la jornada según las instrucciones que reciben de Guardia Urbana y Mossos d’Esquadra. Y en caso de conflicto, tienen más capacidad de actuación que un controlador, por ejemplo si hay que custodiar a alguien para su detención. “No tienen ni pueden tener las mismas competencias que un agente de policía, avisan siempre antes de actuar y coordinar la actuación con Urbana o Mossos a través de las radios portátiles que llevan”, matizan fuentes municipales.

Gran juerga y bullicio en las fiestas de Gràcia este sábado antes de su primera 'noche tranquila'

Gran juerga y bullicio en las fiestas de Gràcia este sábado antes de su primera 'noche tranquila' / Manu Mitru

Sin embargo, para los vecinos que organizan las fiestas lo más importante era incrementar el limitado efecto disuasorio de los petos reflectantes. “En el sur de Gràcia hay siempre más tensión porque las calles son estrechas y se concentran muchos tramos decorados en un área pequeña. Cada año hay visitantes que no quieren seguir las indicaciones de acceso unidireccional a las calles, o que quieren saltarse las colas, o que se ponen chulos porque han bebido de más...”, relata Lina López, presidenta de la Fundació Festa Major de Gràcia.

“Nos dimos cuenta que estos perfiles cambian de actitud al ver un uniforme, así que negociamos con el ayuntamiento y conseguimos que se contrataran ocho vigilantes”, expone. “Como ha ido muy bien, pediremos mantener este dispositivo”, adelanta López, que celebra que no hayan tenido que lamentar ningún suceso grave. La seguridad es uno de los quebraderos de cabeza –y gastos, puesto que los controladores nocturnos los paga la fundación– que esconde esta semana de alegría y creatividad. “¡Nadie se imagina el muchísimo trabajo que hay detrás de las fiestas de Gràcia!”, reivindica.

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