Angustia vecinal y caceroladas por una 'narcotienda' recién abierta en Ciutat Vella

Vecinos y comerciantes del barrio de Sant Pere, Santa Caterina y la Ribera, en el distrito de Ciutat Vella, sufren un particular viacrucis por la constante actividad de un 'narcolocal' en la calle Basses de Sant Pere. Aseguran que desde que se instaló hace un mes y medio es constante la entrada y salida de gente a comprar y consumir a cualquier hora del día y de la noche. En este sentido, remarcan que han visto a personas drogarse cerca, como en bancos o en una plaza próxima.

Un centenar de vecinos de varios bloques y comerciantes de la zona se ven afectados por la presencia de este 'narcolocal' y denuncian que genera enfrentamientos constantes de usuarios. Varios residentes, que piden anonimato, relatan a EL PERIÓDICO peleas con mucha violencia y personas que lanzan objetos cuando tienen algún problema con ellos. También se producen robos a personas que pasan cerca e, incluso, en uno de los callejones cercanos se puede ver a menudo "carteras vacías", han explicado los vecinos a este medio.

Las llamadas de los vecinos al 112 son constantes para que acuda la policía. Los afectados han pedido a la Administración que clausure este punto de venta de droga y ya han iniciado acciones de protesta como una 'cacerolada' cada viernes. Los vecinos aseguran que la propiedad les explicó que había alquilado el local a unas personas que iban a montar una tienda de ropa y luego instalaron otro negocio mucho más lucrativo y conflictivo. 

Consultados por este diario, responsables policiales han declinado hacer declaraciones. Apuntan, eso sí, que hay una investigación judicial en marcha sobre el local, además de que mantienen un patrullaje sobre el barrio para afrontar situaciones de riesgo.

“Vivimos un infierno”

En declaraciones a este medio, Mestre Gil Maciel, responsable de la asociación Cultural Capoeira Angola Vadiaçâo, ha explicado que el problema de la droga en el barrio es "histórico" y que la presión policial en otros puntos de Ciutat Vella, como el Raval, acaba por desplazar la delincuencia. La asociación de Maciel está frente al 'narcolocal' y en algunos vídeos se puede ver a un usuario destrozando las plantas de la entidad.

"Vivimos un infierno", cuenta Maciel, que reflexiona que la confluencia de las calles Basses de Sant Pere y Sèquia forma una plaza sin nombre que podría ser un agradable punto de reunión de gente del barrio. Sin embargo, el clima de violencia hace que "la gente tenga miedo". Maciel explica que cada día limpia la zona y la muralla cercana y encuentra muchas jeringuillas. Por eso se ocupa personalmente de que sus alumnos de 6 y 7 años no encontren estos residuos peligrosos al entrar o salir de las clases.

"Este local causa un problema grave en el barrio al atraer a traficantes, drogadictos y ladrones, porque la gente que consume no tiene control", subraya Maciel, quien reivindica el trabajo sociocultural de su entidad y su voluntad de recuperar el barrio para la comunidad. "Cuando nos instalamos ya tuvimos problemas con delincuentes, pero los acabamos echando, ahora este local los vuelve a traer y no tenemos tanta fuerza", contrapone. Por ello, pide más implicación a la Administración y a la policía para acabar con este 'narcolocal' lo antes posible. 

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