Remodelación

Bolardos definitivos y reubicación del memorial: así recordará el 17A la futura Rambla de Barcelona

Las obras en el paseo serán visibles este sábado alrededor del acto en recuerdo de las víctimas del atentado

Caras nuevas y reencuentros de víctimas en el homenaje a las víctimas del 17A en la Rambla de Barcelona

Placa y bolardos en la Rambla de Barcelona, huella de los atentados del 17-A

Placa y bolardos en la Rambla de Barcelona, huella de los atentados del 17-A / Jordi Otix

Meritxell M. Pauné

Meritxell M. Pauné

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La futura Rambla de Barcelona, una vez finalice su esperada reforma, honrará la memoria de las víctimas del ataque terrorista del 17 de agosto de 2017 con la placa de homenaje reubicada y mayores medidas de seguridad. El acto de este sábado en el Pla de l’Os por el séptimo aniversario del 17A por primera vez tiene como telón de fondo las obras del tramo central. Desde junio y durante 10 meses se concentran en el lado del Gòtic hasta Canaletes.

Placa y bolardos en la Rambla de Barcelona, huella de los atentados del 17-A

Placa y bolardos en la Rambla de Barcelona, huella de los atentados del 17-A / Jordi Otix

El recuerdo de aquella funesta jornada no quedará borrado por el rediseño de la Rambla, que estaría listo en enero de 2027 y incluirá cambios estéticos importantes. En especial, la sustitución del pavimento de ‘olas’ por otro de tonos grisáceos y marrones, que ya puede verse en el tramo inferior renovado y genera división de opiniones.

El criticado retraso en la tramitación de esta inversión municipal, de hecho, escondía muchas gestiones invisibles para validar la seguridad en la nueva arteria. Fuentes conocedoras explican que diferentes cuerpos de seguridad estudiaron qué medidas preventivas podrían ayudar a evitar una incursión no autorizada de un vehículo como la que segó 15 vidas en 2007. Y que la espera de este visto bueno lastró el calendario.

Placa y bolardos en la Rambla de Barcelona, huella de los atentados del 17-A

Placa y bolardos en la Rambla de Barcelona, huella de los atentados del 17-A / Jordi Otix

Bolardos integrados

La principal novedad en seguridad es la consolidación y extensión de los bolardos y pilonas de regulación del tráfico a lo largo de la Rambla. Los primeros se colocaron justo tras el ataque y silenciosamente se han ido optimizando. Las obras supondrán su permanencia sine die en posiciones estratégicas.

Ya hay decenas colocados y los de color granatoso del tramo inferior, de Santa Mònica a Colón, ya son los definitivos. A menudo pasan completamente desapercibidos a turistas y paseantes, que los usan para apoyarse mientras esperan por ejemplo que un semáforo se ponga verde o un acompañante les retrate sonrientes. Los hay fijos y también en versión retráctil, es decir, que pueden bajar hasta la cota del pavimento para permitir el paso de vehículos o impedirlo en momentos determinados.

Placa y bolardos en la Rambla de Barcelona, huella de los atentados del 17-A

Placa y bolardos en la Rambla de Barcelona, huella de los atentados del 17-A / Jordi Otix

La distribución de estos obstáculos está pensada para permitir a los vehículos de emergencias, mantenimiento y limpieza acceder a la calzada central cuando es necesario, pero con dificultad o valiéndose del sistema retráctil. Es decir, deben maniobrar un poco para entrar y salir. Además para un coche o furgoneta ajeno a los servicios básicos, estos puntos de permeabilidad son prácticamente invisibles porque no están señalizados.

El Pla de l’Os tiene bolardos provisionales, que blindan el punto más simbólico de la Rambla y el memorial. Están tan integrados que reciben las pegatinas, grafiti y pequeños residuos habituales en el resto del mobiliario urbano, a pesar de los esfuerzos municipales para poner coto a este vandalismo de baja intensidad en Ciutat Vella.

Placa y bolardos en la Rambla de Barcelona, huella de los atentados del 17-A

Placa y bolardos en la Rambla de Barcelona, huella de los atentados del 17-A / Jordi Otix

La placa

Quizá el cambio más vistoso será el traslado de la fina placa dorada que luce una inscripción pacifista en el Pla de l’Os. La renovación del suelo y sobre todo la ordenación del subsuelo se aprovechará para retocar su emplazamiento, cuenta a EL PERIÓDICO la entidad Amics de la Rambla, que ha seguido muy de cerca el proyecto.

Placa y bolardos en la Rambla de Barcelona, huella de los atentados del 17-A

Placa y bolardos en la Rambla de Barcelona, huella de los atentados del 17-A / Jordi Otix

“Se instaló por debajo del mosaico de Joan Miró porque era lo más rápido y sencillo, aunque inicialmente tenía que ir justo por encima, porque es ahí donde quedó parada la furgoneta del terrorista tras el ataque”, apuntan. La entidad bendijo la recolocación prevista, al verla más fidedigno y poderse aprovechar la intervención urbanística.  

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