Import & Export (I)

Barcelona y Berlín: el abono de piscinas que podríamos copiar versus cómo combatir violencias machistas

A la capital catalana no le faltarán playas. Pero en lo que respecta a las piscinas tiene algo que aprender de la ciudad alemana.

Columpio junto a la emblemática torre de televisión, a 120 metros sobre los tejados de Berlín, en el columpio más alto de Europa

Columpio junto a la emblemática torre de televisión, a 120 metros sobre los tejados de Berlín, en el columpio más alto de Europa / RALF HIRSCHBERGER / AFP

Gemma Casadevall

Gemma Casadevall

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Las ciudades globales comparten muchos retos y preocupaciones. Barcelona se ha inspirado en numerosas ocasiones en las soluciones ideadas por otras urbes y también ha servido de modelo para consistorios que buscaban buenas prácticas. EL PERIÓDICO radiografía este verano políticas públicas y experiencias locales que podrían alimentar los próximos años este flujo de importación y exportación, de la mano de la red de corresponsales y periodistas de esta redacción.

Abre la serie Berlín, con su tarifa veraniega de piscinas y las agresiones nocturnas a mujeres.

IMPORT

Con o sin medusas, Barcelona está en la pole position de metrópolis europeas con playa. En Berlín, para poder pisar arena uno tiene que subirse al tren en dirección al Báltico (entre tres o cuatro horas, según se elija Stralsund o Binz, por dar dos ejemplos). O dejarse mecer por las tranquilas aguas, pero en tono verdoso, de sus lagos del extrarradio, como Schlachtensee, o algo más apartados y en las afueras, como Wandlitz o Templin.

Pero si de lo que se trata es de nadar o chapotear sin alejarse del barrio, ahí tiene ante una oferta de 67 piscinas públicas, entre las cubiertas, al aire libre y las “combi” de doble uso según la estación del año. Como la falta de personal es un mal endémico en Alemania, la mayoría de las cubiertas cierra en verano. Al usuario le quedan, sin embargo, una veintena de opciones al aire libre, con o sin toboganes gigantes y demás atractivos para los niños, además de piscinas para nadar de 25 metros de largo o de dimensiones olímpicas de 50 metros.

La oferta es variada y están repartidas por todos los barrios. Pero lo que las hace especialmente interesantes como opción veraniega es el abono unitario por 63 euros para 20 entradas, con acceso a cualquiera de las piscinas al aire libre. Es decir, 3,15 euros por visita, por debajo de la tarifa regular para cada entrada suelta, que está en 4,95 euros. Nada que ver con la disparidad de precios, horarios y calendario de las piscinas de Barcelona, que no comparten ninguna tarifa plana ni pase compartido. Ni local ni tampoco metropolitano.

No todo es positivo en la comparación, por supuesto. El gran problema de las piscinas berlinesas es su saturación. La afluencia es altísima, lo que llega a generar batallas campales entre muchachadas rivales. Desde hace dos años, es obligatorio mostrar el DNI para acceder al recinto, hay control de bolsas y está prohibido ingresar con cuchillos o envases de vidrio. O sea, hay que llevarse el melón o la sandía cortadito de casa. En la puerta de acceso de las más populosas hay vehículos policiales con agentes dispuestos a actuar ante tumultos o cuando el personal de vigilancia se reconoce superado. Aun así, apenas hay fin de semana sin algún que otro problema o cierre prematuro por altercados o disturbios en las más concurridas.

EXPORT

Berlín dejó atrás lamentablemente su reputación de “ciudad segura” para la mujer. Lo de regresar a casa en bicicleta a cualquier hora de la madrugada, incluso si para ello convenía cruzar el enorme parque ciudadano Tiergarten, ya no es recomendable. La estadística policial de ataques nocturnos con violencia contra mujeres se disparó en 2022 a los 4.500 casos --un aumento 20% en cinco años-- y rozó los 6.000 al año siguiente. Especialmente peligrosos son los barrios más noctábulos de la ciudad, como el gentrificado Friedrischain y el multiétnico Kreuzberg. Es decir, exactamente ahí donde hace unas décadas se presumía de ciudad abierta, libre y segura para la mujer.

Una gloria del fútbol nacional como Toni Kroos, campeón del mundo en 2014 y retirado en la pasada Eurocopa tras caer eliminada Alemania frente a La Roja, levantó recientemente ampollas entre los suyos al admitir en una entrevista que percibe como más segura España que su país. Se sabía que el exmadridista tenía intención de quedarse con su familia en su “país de adopción” --España--, tras su retirada. Pero que lo fundamentara en que Alemania ya no es lo que fue en seguridad desató escándalo. Lo hizo en su condición de padre preocupado por su propia hija, cuando alcance los 13 o 14 años y pretenda regresar a casa sola pasadas las once de la noche.

Las palabras de Kroos fueron instrumentalizadas por la ultraderecha, que atribuyó la inseguridad al alto porcentaje de población no alemana. Al margen de interpretaciones malsanas, está claro que la noche es campo minado para la mujer. Las autoridades berlinesas se plantean opciones que van de aumentar la videovigilancia en el transporte público a vallar el Görlitzer Park de Kreuzberg, que hoy por hoy queda abierto toda la noche. Es un punto caliente de tráfico de droga y criminalidad que probablemente pocas mujeres cruzarían ya solas de madrugada. Cerrarlo de noche no resolverá el problema. Son muchos los puntos álgidos repartidos por la capital alemana.

Punto lila contra las agresiones machistas en Gràcia, el pasado 15 de agosto.

Punto lila contra las agresiones machistas en Gràcia, el pasado 15 de agosto. / Manu Mitru

¿Qué tal exportar desde Barcelona experiencias como los “puntos lila”? La capital catalana lidia desde hace años con las violencias machistas en espacios de ocio nocturno y tiene en marcha múltiples iniciativas, desde formación para el personal de discotecas y bares hasta los itinerarios seguros de las fiestas de gràcia o puntos de atención feminista como el del metro de Marina para el Triángulo Golfo del Poblenou. La estadística aún no es como para presumir, pero el despliegue de herramientas no deja de crecer y puede ser útil a otras ciudades con el mismo reto.

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