Opción de tanteo y retracto

Barcelona esperará para decidir si puja por los bloques habitados que el Clínic subasta

El Sindicat de Llogateres avisa que los derechos de los habitantes de los cinco edificios pueden verse “en peligro”

El Hospital Clínic saca a subasta cinco bloques de pisos con inquilinos en Barcelona

La escalera del bloque de Gran Via, en Barcelona, que el Hospital Clínic ha sacado a subasta.

La escalera del bloque de Gran Via, en Barcelona, que el Hospital Clínic ha sacado a subasta. / JORDI OTIX

Jordi Ribalaygue

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La subasta de cinco bloques de Barcelona que pertenecen al Hospital Clínic y habitados por decenas de inquilinos aguarda a que se presenten candidatos a quedarse con la propiedad. Residentes de uno de los edificios puestos a la venta por un precio total de 12,75 millones de euros se declaran preocupados por la suerte que puedan correr sus contratos de alquiler si prospera la operación, que desconocían hasta que EL PERIÓDICO informó la semana pasada. Por su parte, el Ayuntamiento de Barcelona aguarda movimientos para decidir si presenta una oferta de adquisición, mientras que el Sindicat de Llogateres insta a preservar los derechos de los arrendatarios.

El Clínic traspasa por separado cada uno de los inmuebles, que obtuvo mediante herencias de las que fue beneficiario. Las fincas suman 55 viviendas, de las que 48 están habitadas, y se hallan repartidas en cuatro distritos de la ciudad: Eixample, Gràcia, Sants-Montjuïc y Sant Martí. Los precios de salida fluctúan entre 6,95 millones de euros en el caso del bloque de más valor, en la Gran Via a su paso por Sant Antoni, y 385.000 euros en el supuesto más barato, una escalera con cuatro pisos en el Camp de l’Arpa.

A consultas de este medio, el gobierno del alcalde Jaume Collboni responde que no ha resuelto por ahora si pujará en la subasta, revelada mediante un anuncio oficial el 2 de agosto, con la actividad municipal a medio gas por las vacaciones. En cualquier caso, no descarta comprar por la vía de tanteo y retracto, a la que el ejecutivo acaba de recurrir para hacerse con una finca de la calle Diputació copada de pisos turísticos a cambio de 8,7 millones de euros.

El consistorio tiene prioridad en la compra de domicilios de la ciudad para aumentar el parque público de vivienda -menos del 2% de los pisos de Barcelona son de titularidad municipal- y contrarrestar la amenaza de expulsión de los residentes por el encarecimiento de precios, entre otros motivos. En todo caso, precisa que deben cumplirse ciertos requisitos antes de hacer uso del derecho de adquisición. “Primero debe haber un comprador y, después, que la finca y el precio cumplan los requisitos para ejercer este derecho”, condiciona. 

Fachada del bloque de Gran Via, en Barcelona, que el Hospital Clínic ha sacado a subasta.

Fachada del bloque de Gran Via, en Barcelona, que el Hospital Clínic ha sacado a subasta. / JORDI OTIX

La licitación del Hospital Clínic da margen hasta el 1 de octubre para formalizar ofertas. Los candidatos pueden visitar los inmuebles si lo solicitan. El Ayuntamiento tramitó una ordenanza para regular qué viviendas están sujetas a tanteo y retracto. Superó la aprobación inicial, en 2023, y ahí quedó encallada al iniciarse el actual mandato tras las elecciones municipales. El borrador de la norma establece que el umbral máximo de gasto para la adquisición debe ajustarse a los precios de compraventa registrados en el barrio donde la finca se ubique. Asimismo, prioriza edificios con más de 10 pisos, que cuenten con domicilios vacíos o se hallen en zonas en riesgo de gentrificación, entre otros supuestos.  

Velar por los derechos

El Sindicat de Llogateres no ve trabas para que las administraciones públicas acudan al tanteo y retracto. “La herramienta la tienen”, observa el portavoz del colectivo Enric Aragonès. En todo caso, subraya que, antes de que las instituciones pugnen por la compra o la desechen, conviene que “se interesen por el caso y se aseguren de que no se vulneran los derechos” de los inquilinos. “Aunque no opten por el tanteo, tienen la obligación de comprobarlo”, esgrime.

Aragonès remarca que, “aunque haya un cambio de propietario, los contratos en vigor se deben respetar”. A su vez, se remite a casos como el de Casa Orsola “y tantos otros” en Barcelona, en que la compra de inmuebles enteros ha acabado por “vaciar bloques para hacer alquileres de temporada, alquileres de habitaciones o ‘colivings’”. “Aunque el cambio de propiedad no tiene que suponer un perjuicio, los derechos de las vecinas pueden estar en peligro”, advierte.

Aragonès comenta que el sindicato ha sido testigo de casos de “abuso” para tratar de poner fin a contratos de renta antigua, con mensualidades muy por debajo de la media en Barcelona. Existen en nueve domicilios de los edificios pendientes de subasta. La organización también aboga por “plantarse y no marcharse” en caso de que no se renueven alquileres. Según los datos que el Clínic ha hecho públicos para el puja, dos contratos están vencidos y otros dos finalizan el próximo diciembre.

“En caso de que se acaben, se pueden exigir unos nuevos y que respeten la regulación de precios en vigor”, recomienda Aragonès. El Sindicat de Llogateres se ofrece a asesorar a los inquilinos de los edificios a lo que el Clínic ha colgado el cartel de traspaso y mediar ante el hospital y posibles compradores. Su portavoz comprende que los arrendatarios estén intranquilos porque “la operación no se les ha explicado”.