Historias de la Barcelona marítima (I)

Los primeros 'Juegos' de Barcelona fueron en el mar

Eventos náuticos y clubs pioneros documentan que la ciudad abocada al Mediterráneo desde mucho antes de las Olimpiadas del 92

Foto de Franck de Villecholle de la playa de Sant Bertran, el portal de Santa Madrona y el baluarte del Rei desde el Morrot, en 1852

Foto de Franck de Villecholle de la playa de Sant Bertran, el portal de Santa Madrona y el baluarte del Rei desde el Morrot, en 1852

David Martínez Herrada (@historiesdebcn)

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Dos siglos antes de la Copa América, el verano de 1821, el puerto de Barcelona acogió la primera competición náutica documentada en Catalunya. Fue una regata de boga, convocada por el ayuntamiento para festejar el primer aniversario del juramento constitucional de Fernando VII. El consistorio liberal bautizó la prueba como los Juegos Marítimos, un nombre algo pomposo que se inspiraba en la antigua tradición de los juegos helenos. En este sentido, Barcelona se adelantó setenta años al barón de Coubertin, fundador de las Olimpíadas modernas.

Aunque los Juegos Marítimos estaban previstos para el 9 de julio de 1821, coincidiendo con la efeméride de la jura del monarca, el mal tiempo obligó a posponerlos al día 15. La regata se celebró entre el embarcadero del baluarte del Rey, junto a las Drassanes, y la playa de Sant Bertran. Un recorrido, de ida y vuelta, de poco más de 4.000 metros.

Según las crónicas de la época, más de ochenta mil barceloneses se congregaron para seguir la carrera, muchos desde sus propias barcas. El resto, repartidos entre la montaña de Montjuïc y la muralla de mar.

Playa de Sant Bertran y muralla desde el Morrot, Barcelona entre 1850 y 1854.

Playa de Sant Bertran y muralla desde el Morrot, Barcelona entre 1850 y 1854. / Arxiu Fotogràfic de Barcelona / Autor desconocido.

Se establecieron cuatro categorías, en función de la eslora de las embarcaciones. En primera clase, reservada a las llamadas muletas de pesca, resultó ganador Josep Olite: se llevó un premio 32 duros y un carnero. En segunda clase, para las barcas de palangre, se impuso Pedro Picarín, premiado con 24 duros y dos pavos. En tercera clase, para los gussis, ganó Pablo Carreras y fue recompensado con 20 duros y dos patos.

Por último, en la cuarta categoría, reservada a las barcas auxiliares, consideradas las más veloces, se impuso la ‘Caro’, de Vicente Gurri, que fue también el ganador absoluto de los Juegos, al ser el primero en cruzar la meta, con un tiempo de catorce minutos. Se llevó también el mayor premio: 35 duros y dos gallinas.

La experiencia de los Juegos Marítimos fue reeditada en varias ocasiones durante la primera mitad del siglo XIX. Casi siempre con motivo de algún festejo extraordinario, como la promulgación de la Constitución de 1837 o el centenario del barrio de la Barceloneta, en 1853. Los barceloneses seguían con gran entusiasmo estas regatas, cuyos participantes solían ser gente del puerto, como marineros, pescadores y estibadores.

El yate ganador de la regata llegando a la meta. En primer término, varias barcas con espectadores. Al fondo se ve al yate ganador, del Centro de Dependientes de Comercio y de la Industria, llegando a la meta. Barcelona, entre 1903 y 1917.

El yate ganador de la regata llegando a la meta. En primer término, varias barcas con espectadores. Al fondo se ve al yate ganador, del Centro de Dependientes de Comercio y de la Industria, llegando a la meta. Barcelona, entre 1903 y 1917. / Ballell Maymí, Frederic / Arxiu Fotogràfic de Barcelona

La primera regata de vela

En 1871 se celebraron las primeras fiestas de la Mercè, que contaron en su programa con una carrera marítima en el puerto. Fue precisamente durante la Mercè, pero de 1883, cuando tuvo lugar la primera regata de vela celebrada en Barcelona.

En 1873 se fundó la Sociedad de Regatas de Barcelona, el primer club náutico deportivo del que tenemos constancia. Probablemente, hubo otros con anterioridad, pero de vida efímera. Entre proyectos fugaces, nacieron dos entidades que lograron consolidarse. Por un lado, el Real Yacht Club, una sociedad creada en 1879 como Club Catalán de Regatas y cuya actividad principal se centraba en la vela. Por otra parte, el Real Club de Regatas de Barcelona, fundado por aficionados al remo en 1883. Este tenía su sede en una casa flotante, que fue durante años uno de los edificios más singulares del puerto.

En 1902, tras años de desencuentros, el Real Yacht Club y el Real Club de Regatas se fusionaron para crear lo que hoy es Real Club Marítimo de Barcelona. Pero la concordia entre remeros y velistas duró poco. Solo siete años más tarde, en 1909, los aficionados al remo optaron por escindirse y fundar el Real Club Náutico de Barcelona. Ambas entidades acabarían acogiendo entre sus socios a la flor y nata de la burguesía barcelonesa, lejos de aquellos primeros Juegos disputados por pescadores y marineros.

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