Anna Faris y Chris Pratt luchan por la estabilidad familiar

Separados pero unidos.

Anna Faris y Chris Pratt anuncian su separación
Anna Faris y Chris Pratt anuncian su separación / Chris Pizzello

A pesar de todo lo pasado (divorcio y ahora el compromiso matrimonial de uno de los dos), Chris Pratt (39) y Anna Faris han querido dejar clara, también públicamente, su intención de mantener un estrecho contacto tanto para seguir cultivando sus lazos de amistad como (y sobre todo) para garantizar el bienestar emocional de su pequeño Jack, de seis años.

A lo largo de todo este tiempo, el exmatrimonio ha tenido tiempo no solo de rehacer sus respectivas vidas sentimentales, Chris se casa y Anna sale desde hace tiempo con el director de fotografía Michael Barrett, sino también de concluir legalmente su unión con la firma de un divorcio que llegó a finales de 2018.

Sin embargo, en el marco de su relación personal hay un elemento que se mantiene constante y que no se ha visto alterado en absoluto desde entonces, y es precisamente esa disposición a seguir "trabajando" juntos por el bien de su peque, lo que implica dejar de lado sus diferencias, si las hay, y las rencillas que a veces puedan salir (aunque hay que decir que Anna dice que flipa con la prometida de Chris, el buen rollo parece real).

"Chris y yo seguimos trabajando muy duro porque tenemos a Jack, que es lo más importante de nuestras vidas. Analizamos la situación a largo plazo y la prioridad siempre reside en asegurarnos de que Jack es feliz, porque eso es lo que nos hace felices a nosotros. Tenemos el lujo de contar con unas buenas circunstancias, quiero decir que los dos estamos muy bien en el plano sentimental, y queremos sacarles el máximo partido", ha reflexionado Anna en su podcast 'Unqualified'.

Por supuesto, la actriz tampoco ha querido vender la falsa idea de que, a diferencia de la última etapa de su extinto matrimonio, ese proceso que les ha llevado gradualmente a separar por completo sus caminos (en lo que al plano estrictamente amoroso se refiere) ha estado exento de dificultades, así como de momentos de "amargura" y rencor.

"Quiero dejar muy claro también que, como le habrá pasado a todo el mundo, en estas transiciones siempre hay amargura y dolor. Las rupturas y todos los cambios que lleva aparejados son complicados, pero forman parte de la naturaleza humana. El fin de un matrimonio es una mie***, pero poco a poco se va recobrando la normalidad y uno vuelve a ser feliz", ha asegurado.

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