Uno de los retos más duros que puedes vivir es el de tener unos zapatos nuevos que son más estrechos de lo que esperabas. Dolor, heridas y ganas de no volver a usarlos nunca más... Sin embargo, puedes tirar de un elemento sorpresa, ¡una simple patata puede ser tu salvación! Solo necesitas una patata grande, pelarla, secarla y colocarla dentro del zapato durante 10-12 horas. Al retirarla, tus zapatos deberían estar mucho más cómodos. Y si no es suficiente, ¡repite el proceso!

Porque, y esto es un aviso, aunque el secador de pelo y el congelador son trucos conocidos para aflojar los zapatos, no siempre son los más seguros. El secador es útil para cuero y gamuza, pero puede dañar otros materiales. Y meter los zapatos en el congelador con una bolsa de agua funciona para las zapatillas deportivas, pero no es ideal para tejidos delicados.