Juntos y sonrientes: Albert Rivera sale del 'hospi' acompañado de Malú

Ahora sí que sí. Son pareja.

D.R.

Caminando lado a lado y sonrientes, así es cómo hemos visto a Albert Rivera y Malú abandonando el hospital Puerta del Sur, en Móstoles. El líder de Ciudadanos había sido ingresado de urgencia por una gastroenteritis aguda, y mira, a su salida ha decidido, por fin, regalarnos la imagen más buscada de los últimos meses. ¡Con Malú!

"Quería dar las gracias a todos los profesionales de la prensa y a los centenares de mensajes que hemos recibido en el hospital", dijo en político visiblemente recuperado. Tanto Rivera como la sobrina de Paco de Lucía estaban de muy buen humor, y más que preparados para el aluvión de preguntas sobre el estado de salud del político. Y tenían hasta una estrategia: nada más acercarse la primera cámara y el primer micrófono, la cantante decidió apartarse cediéndole todo el protagonismo a su chico. Qué bien. Olvídate de todo lo que se ha dicho sobre la ruptura. Aquí da la sensación de que no ha pasado nada. Además, la camiseta de Malú es de lo más explícita. Pone 'love', ¡par favaaar!

"Me pegué un buen susto, hemos pasado unos días en el hospital, pero bueno, me han dado el alta, me han dicho que a cuidarse, espero volver a trabajar pronto para todos los españoles", concluyó el catalán antes de volver a juntarse a Malú que ya iba en dirección al coche. Peroooo... ¿Qué le ha pasado? ¿Qué ha comido para coger una gastroenteritis tan severa? De momento, no se saben más detalles (y es mejor así, ¿no?).

Las primeras imágenes oficiales de la pareja las ha emitido el programa de televisión Espejo Público. Hasta aquí lo único que sabíamos era que estaban juntos, y que una periodista los había grabado a hurtadillas dentro de una tienda de productos cosméticos. Nos alegramos muchísimo por la pareja (ya sabes que estamos muy a favor del amor) y por la recuperación del político.

Está claro que a estos dos los seguiremos viendo juntos, y muy probablemente en agosto, en algún destino vacacional... Es lo típico de los políticos.