Kate Middleton le niega su autógrafo a unos niños (con razón)

La familia real británica no puede firmar nada salvo excepciones muy excepcionales.

Bang Showbiz

No es que Kate Middleton sea una antipática, de hecho se dice que es el valor más potente de la familia real británica, pero la realidad es que le ha negado su autógrafo a unos niños. Los actos públicos y encuentros con los miembros de la realeza se rigen por una serie de normas a las que deben ceñirse tantos ellos como aquellos que les conocen, y quienes no han nacido en ella pueden tardar en acostumbrarse a seguirlas.

En el caso de Meghan Markle (41), la actitud más natural con que abordaba su papel institucional dejó de celebrarse como una novedad refrescante muy pronto para pasar a verse como una falta de respeto. En cuanto se acabó el período de luna de miel con la prensa inglesa, Meghan empezó a ser acusada de saltarse el protocolo con su maquillaje, su vestuario, su manicura o ignorando dos reglas de oro que siguen todos los miembros de la familia real británica: nada de selfies ni de autógrafos.

Es cierto que Harry y ella posaron alguna vez para selfies, sobre todo cuando se lo pedían niños o adolescentes, pero no han sido los únicos. Muchos otros miembros de la monarquía se han colado a propósito en una foto, posando con muecas divertidas o directamente sonriendo a la cámara cuando se dan cuenta de que alguien se está haciendo una con ellos de fondo. Incluso la difunta reina Isabel II cayó en esta tentación alguna vez.

El tema de los autógrafos es más delicado. En principio, los royals no pueden firmar ningún trozo de papel por miedo a que los falsificadores puedan usarlo como referencia más tarde. Meghan acaparó muchos titulares durante una de sus primeras apariciones públicas con el príncipe Harry al firmar aparentemente un autógrafo para una joven admiradora de su anterior trabajo como actriz, pero en realidad no había roto el protocolo.

La duquesa jugó con las normas, y en lugar de su nombre, escribió: "Hola, Katie con K". Ella no es la única que conoce este truco. Su cuñada Kate, con quien tantas veces se la ha comparado, ha sido la invitada sorpresa en la exposición anual Chelsea Flower Show, y varios niños le pidieron por favor que firmara los dibujos que habían hecho de su visita a la exhibición. Negarse de forma directa habría sido bastante incómodo por miedo a que alguno rompiera a llorar, así que ella encontró una solución intermedia optando por hacer sus propios dibujos.

"Me llamo Catherine. No se me permite escribir mi firma, es una de esas reglas que hay", les explicó para disculparse de antemano antes de dibujar flores, árboles y mariposas.

Tampoco es que vaya a meterse en un lío si se encuentra en una situación en la que firmar en un trozo de papel es más fácil que ignorar la petición. El rey Carlos III también firmó un autógrafo en 2010 cuando un matrimonio le aseguró que a su hijo le haría mucha ilusión. Las circunstancias justificaban que lo hiciera: la familia había perdido su casa en las inundaciones que habían afectado aquel año al condado de Cornualles y Carlos había preguntado si podía hacer algo por ayudarles. El ahora rey escribió "Charles 2010" en una tarjeta de cartón con su propia pluma y pidió perdón por su mala caligrafía alegando que le temblaba la mano al no tener donde apoyarse.