Drew Barrymore, la antítesis Kardashian: pasando de quirófano

Natural en tiempos de bótox.

La actriz Drew Barrymore paseando con su hija

/ FALOS

Tras dejar atrás una juventud definida por los excesos y los problemas con el alcohol y otras sustancias, Drew Barrymore afronta la perspectiva de envejecer como todo un "privilegio" y por tanto ni siquiera se plantea la idea de recurrir a métodos artificiales para tratar de mitigar los efectos del paso del tiempo.

"La clave es descubrir cómo hacerse mayor con gracia", apunta la actriz en una nueva entrevista a la edición británica de la revista Glamour, "con humor, con amor propio y respetando el proceso, eso siempre ha sido vital para mí".

Otros de los motivos por los que Drew se ha prohibido a sí misma pisar un quirófano por pura estética es el miedo a que pudiera empezar y no saber cuándo parar.

"Tengo una personalidad extremadamente adictiva... Jamás he probado la heroína y no quiero recurrir a la cirugía plástica porque creo que se trata de un terreno pantanoso: si probara cualquiera de esas cosas, acabaría muerta muy pronto", reconoce con sinceridad.

Cabe destacar que, cuando Drew afirma que no cree en los 'retoques', no se refiere solo a las intervenciones mayores, también incluye detallitos como las infiltraciones (muy populares entre sus compañeras de profesión) o el bótox.

"No tocarme la cara y no intentar alcanzar un estándar de belleza imposible, ese es mi lema. Tengo ojeras. Hace poco fui a la consulta de un dermatólogo que me preguntó si podía inyectarme un poco de Juvederm bajo los ojos. Me dijo que así hincharía la piel de esa zona y no parecería tan hundida, lo que empeoraba las ojeras porque reflejan menos la luz natural que el resto del rostro. Le dije que no, pero que le agradecía el consejo porque a partir de ese momento empezaría a utilizar más iluminador al maquillarme", ha explicado como ejemplo de los trucos a los que recurre para no necesitar cirugía.