A mis millones de 'followers': gracias por reíros conmigo (o de mí)

El orden de los factores no altera el producto y, además, es de bien nacida ser agradecida. O eso dicen.

Un nuevo artículo de vuestra periodista favorita. O no.

/ INSTAGRAM

Fue la semana pasada cuandoescribí la carta más emotiva y sinceraque he escrito nunca. Bueno, miento. La más carta más emotiva y sincera fue la que les escribí a Melchor, Gaspar y Baltasar (también conocidos como los tres Reyes Magos) sin que se enterasen mis padres y les pedí que me trajesen cierto juguete que nunca llegó... Todavía me pregunto por qué...ejem, ejem... pero bueno, corramos un (es)tupido velo. (Y si te has reído con esa broma es que naciste en los ochenta. Buena cosecha).

Como iba diciendo, que me pierdo (la edad no perdona), fue hace ya siete días cuando dediqué esta columna (vuestra preferida, dejadme soñar) a mi primer 'hater'. Sí, un tal Matías que actúa bajo el nombre de @sabatico.jpg me dijo lo siguiente en Instagram: "que asco me dan las periodistas como tu, aprovechando cualquier migaja para sacar una noticia con titulo sensacionalista". Y yo, tras escribirle unas palabras en busca de la paz y la armonía que tanto o más busca toda Miss que opte al título mundial de la belleza, me encontré con su silencio más absoluto.

Pulsa para leer más

[Sandra, necesitamos tercera película de Miss Agente Especial, gracias]

Y me dolió. No mentiré. Yo que le tendí una mano amable a Matías para que pudiese decirme cuál (o cuáles) de mis artículos sensacionalistas le molestó (es que he escrito miles) y así disculparme, va y me hace 'ghosting' (no es el primero, también os lo digo). Sin embargo, como en las películas de Multicine de Antena 3 donde de repente la vecina es la mala (algo que todos ya sabíamos pero que nos sorprende porque esperábamos que no fuese tan obvio pero es lo que hay y los guionistas de estas películas también tienen derecho a comer), mi corazón palpitó cuando @koalalettuce me dejó el siguiente comentario en la misma fotografía en la que Matías rompió mi corazón: "Olé Carmen!!! Soy muy fan de tus artículos, sensacionalistas o no, me río mucho, a ver cuando dedicas un artículo a tus fans".

Pulsa para leer más

Porque tras cinco años de carrera de Periodismo, un posgrado (por si acaso me da por hacer la tesis de por qué todavía hay gente que estudia periodismo en busca de la pobreza extrema), uno de máster en Periodismo Digital y un 'certificate' en Producción de cine y televisión en Los Ángeles, si alguien llamado 'koalalettuce' [que es la unión de las palabras koala y lechuga (en inglés esta última, bilingüismo)], y cuya foto de perfil es un delfín, te pide que dediques un artículo a tus fans, tú vas y lo haces.

Jo, qué bonito.

/ INSTAGRAM

Ah, y también se lo dedico a todos y cada uno de mis 1.834 seguidores en Instagram por seguirme cuando estoy atravesando una sequía digital que prometo cortar en cuanto retome un poco el rumbo de mi vida (no desesperéis que ya os contaré todo, como siempre). Ah, y a @marena677 que me dijo que ella se ofrecía a ser mi 'hater' de repuesto si Matías no contestaba. Gracias, amiga.

Total, que hoy estoy aquí para agradeceros que sigáis mis aventuras e historias pero de un modo muy especial. Os voy a dar las gracias en nombre de todos los profesionales que nos dedicamos al periodismo de entretenimiento (así soy yo, dando las gracias en nombre de gente que no sabe ni que existo y creyéndome importante) por aguantar ciertas cosas que Google y los algoritmos nos obligan a hacer y que luego nos hace darnos largas duchas por la noche porque nos sentimos sucios por haber vendido nuestra prosa al maldito Internet (#dondesteelpapelquesequiteelwifi). Soy una romántica, qué queréis que os diga.

Pulsa para leer más

[Hasta con la chaqueta en la mano nos metemos]

Sin más dilación, he aquí los principales motivos por los que os merecéis un premio todos y cada uno de los lectores, no solo de esta columna, sino de cualquier otro artículo de entretenimiento que consumáis vía online. Así pues, os doy las gracias por...

Seguir manteniendo vivo el 'clickbait' creyendo siempre que el titular se corresponderá con lo que encontraréis dentro del artículo.

En serio, sois como niños. Pequeñas marionetas en nuestras manos, pero aún así, seguís siendo fieles al clic. ¿Cómo no quereros por ello? Sois como Victoria Beckham queriendo creer que David Beckham no se acostó con su niñera... En fin, Vicky, si tú lo dices. O como cuando nos empeñamos en creer que la bolsa de patatas fritas que hemos comprado esta vez sí estará llena hasta arriba. ¿Por qué juega así la industria de la patata con nuestros sentimientos? ¿Por qué solo las llenan hasta la mitad? ¿Acaso no les basta con que engorden un montón y se nos queden en las caderas de por vida?

Pues lo mismo con el clickbait. Nosotros no queremos haceros eso, pero es que vosotros seguís pinchando. Que yo he tenido charlas con compañeros de trabajo donde les he dicho: "De verdad que no me puedo creer que la gente siga pinchando". Pero bueno, tampoco puedo creer que dos millones de personas hayan visto el vídeo 'House Tour' de María Pombo y ahí están los datos.

Pulsa para leer más

[Real como la vida misma, querida]

Esperar a que el anuncio emergente que tapa el artículo tras darle clic al titular desaparezca para poder comenzar la lectura.

Aquí he de decir que los periodistas no tenemos nada que ver. Nosotros luchamos porque nuestros artículos sean fáciles de leer, pero los de marketing y publicidad nos hacen la vida imposible. Pero claro es que si no os salen anuncios, los de marketing y publicidad no consiguen anunciantes, ergo no consiguen dinero, ergo cierra el medio de comunicación ergo nos quedamos en la calle. Ergo os pedimos por favor que tengáis paciencia. Además, lo mismo es más interesante el anuncio que lo que os contamos en el artículo. Carmen Raya, tirando piedras sobre su propio tejado desde 1984.

Culpar siempre al becario de todas las erratas, faltas de ortografía y otros desastres.

"Esto lo ha escrito el becario". Eso es lo que quiero que pongan en mi tumba cuando me muera. De verdad que los que ya somos periodistas seniors os agradecemos de todo corazón que siempre creáis que los errores los cometen los que están en prácticas. La verdad es que eso siempre nos quita un peso de encima. Pero bueno, es que los becarios están para eso. Aunque mejor no le preguntéis a Bill Clinton que él se pensaba que estaban también para otras cosas.

Pulsa para leer más

[Ya te digo Bill, para diversión la que te montaste tú en el despacho oval]

Compartir, darle a like, retuitear o reinstagramear nuestros artículos en Twitter, Instagram o Facebook para haceros los 'guays', pero en realidad no hacéis clic en el titular y por supuesto no os habéis leído el artículo.

Os voy a contar un secreto. Solo nos vale si le dais clic al titular porque solo eso cuenta como visitas. A más visitas, más anunciantes, más dinero y más periodistas podrán seguir comiendo gracias a teclear letras que juntas forman palabras y que juntas forman un artículo que podremos titular con una frase falsa para que piquéis. ¿Entendido? Los likes y esas movidas solo les valen a las 'influs' que viven de vosotros. Pero nosotros vivimos de vosotros a través de la publicidad.

Espero que sí, y si no siempre podéis culpar al becario. Aunque por si os da pereza buscar quién es, aquí os dejo mi perfil de Instagram en el que a partir de ahora aceptaré artículos por encargo. Carmen Raya, creadora del Periodismo a la carta. (Y a esto se le llama un cierre perfecto de artículo porque comencé escribiendo este artículo sobre una carta y termino con la palabra carta. Os dejo que me llaman los del Nobel de Literatura).