'MasterChef Celebrity' y el drama del dinero: David Bustamante, a lágrima viva

También ha hablado de lo canutas que las ha pasado en una reciente entrevista. 

MasterChef

Las cocinas de 'MasterChef Celebrity' huelen a drama, el que están cocinando los participantes cada semana. Y es que cuando no vuelan los cuchillos y se tiran los platos a la cabeza, algunos muestran su parte más blandita, como el de alguna receta de bizcocho. Esta vez ha sido David Bustamante (39) el que ha llorado lo más grande por la expulsión de uno de sus colegas e indirectamente por su situación económica (aunque no nos sorprende verle llorar después de su lacrimoso paso por 'OT'), una situación muy complicada por la que pasó durante el confinamiento. Sí, la pandemia está siendo muy amarga para todos, Busta.

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Pero vamos por partes, porque el cantante tiene dramita para rato: primero por lo mal que le ha sentado la expulsión de su amigo Yotuel y lo segundo por la crisis que ha vivido y de la que ahora parece que empieza a remontar gracias a sus trabajos en televisión.

Busta se ha disgustado un montón por la salida de la pareja de Beatriz Luengo del programa, y como él, todos sus compis. Vive aquí el momento expulsión:

Y es que con lo que lleva Busta a sus espaldas, normal que se emocione por todo, ya lo dicen sus compañeros también: "Es un tío que trabaja bien, en equipo, es humilde, y como no hay conciertos, tiene todo el tiempo del mundo para cocinar en casa", ha dicho Juanma Castaño.

Y en relación con esto, tenemos que hablar de lo mal que lo pasó Busta confinado en casa en plena pandemia. Para él fue una crisis en todos los sentidos que ahora le esta pasando factura, de ahí que llore tanto en el programa y no solo por cortar cebollas. Esto fue lo que confesó en una entrevista para El País: "Yo sigo siendo un trabajador nato: un autónomo que lucha, que las ha pasado canutas en la pandemia, a quien nadie le ha regalado nada."

"Viajo, me esfuerzo, me duele todo el cuerpo porque debo estar en forma para ofrecer buena calidad en mis conciertos. Nadie me ha regalado nada ni tengo un apellido noble ni un sueldo vitalicio ni ayudas de ningún tipo. Aquí o curro o se acabó. Los meses de confinamiento fueron terribles. Corría del salón a mi habitación como un loco. Tener que aplazar una gira y estar tanto tiempo sin subir al escenario fue realmente duro, sin ver a mi gente, al público. Yo necesito estar en contacto con ellos y al final uno se vuelve adicto al aplauso sin darse cuenta. Por eso en esta profesión nadie se quiere jubilar".

Ánimo Busta, que ahora no puedes quejarte, ¡tienes un curro como fantasma!