El festival de tu vida se llama Desalia

Y por qué queremos repetir eternamente (o hasta que nos traten de usted en la cola de los mojitos).

La noche de Desalia, con Viva Suecia y todos coreando.

/ Ron Barceló

Lo mejor de ir a un festival en mayo es que empiezas la temporada de verano con pulserita de recuerdo antes que nadie. Lo peor: que ninguno puede estar a la altura de Desalia. La depresalia (dícese del bajón que te da cuando se acaba), es real.

Y si estos días has visto desde tu pantalla los 'trending topics' y te preguntabas por qué todo el mundo vive fascinado con este original evento organizado por Ron Barceló, alucina. Porque pocos pueden decirte que te vas de viaje cinco días con más de mil personas a coste cero. Este año, en el Alentejo portugués (y el año pasado en un crucero, es que no se puede molar más).

Ningún otro te ofrecerá, además, música de todo tipo: una noche puedes estar coreando 'La Revolución Sexual' con los triunfitos (Ana Guerra, Roi, Miriam, Agoney y Cepeda se han hecho 'desalieros' en 2018), otra descubriendo a Beret y en cualquier momento puedes estar bailando 'Cuando tú vas' porque el DJ Juan Paparazzi nunca falla si lo que quieres es pasártelo bien.

¿Fiesta temática para brillar? Sí, quiero.

/ Ron Barceló

Y eso es solo el principio: porque en Desalia todo está pensado para el disfrute y nada se deja al azar... Y tú, mientras, vives lo que imaginas. Cuando ves un anuncio del verano, cuando en la tele te enseñan un festival, muchos prometen una diversión que casi nunca llega a materializarse exactamente igual pero solo aquí se convierte en una realidad (incluso instagrameable).

Excursiones a pueblos bucólicos, juegos en la piscina de olas, toboganes porque el verano ya llegó (ya llegó, ya llegó), fiestas temáticas cada día (por fin alguien se las toma en serio, como debe ser) y hasta cursos de lettering. Todo muy cuqui, muy millennial, muy de "Vive Ahora", que es el lema mejor traído (y que cuando quedan pocas horas para volver se une a esa 'depresalia' para convertirse en 'sobrevive ahora' por la pena que te va a dar volver a la realidad).

Y, mientras, lo mejor: lo que te llevas, esos recuerdos que convierten la experiencia en lo que es, para muchos, el viaje de su vida. Amigos nuevos, relaciones que se afianzan (porque Desalia se vive siempre y mejor con amigos) y hasta encuentros fortuitos (este año, con una app que no solo te avisaba cada vez que algo iba a pasar sino que permitía hacer 'match' si le echabas el ojo a alguien...)

No sabemos qué nos deparará el futuro, pero mientras nuestro espíritu sea joven, queremos vivir (ahora y siempre) el festival de nuestras vidas.

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