arrow_back
28 agosto 2024 - Redacción

El Cubo que contiene las claves del futuro sin humo de los cigarrillos

A través del conocimiento científico, la sociedad puede entender el funcionamiento de muchos de los asuntos que le preocupan. La ciencia además aporta soluciones. Por eso, el futuro sin humo del cigarrillo está, en la actualidad en las manos y el trabajo de un grupo de científicos. Y, esos científicos trabajan, precisamente, en un centro de investigación desarrollado por la mayor tabaquera del mundo y que se llama El Cubo.

Hace años que Philip Morris International (PMI) decidió escuchar y dar respuesta a lo que la sociedad venía reclamando: abordar el impacto negativo que sus productos tienen, y buscar generar un abordaje positivo en la salud pública. Así, en 2016 PMI se marcó la misión de alcanzar un futuro libre de humo de los cigarrillos lo antes posible, y para ello la ciencia y la tecnología son piezas clave.

Para llevar a cabo esta misión puso a trabajar a más de 1.500 científicos y expertos dedicados a la investigación, y les reunió en El Cubo, un centro dedicado a la investigación y a la innovación a orillas del lago Neuchâtel en Suiza. Aquí, este equipo cualificado, cuya vocación siempre ha sido el uso de la ciencia y la tecnología enfocada a mejorar la vida de las personas y al desarrollo de alternativas sin combustión ni humo que demuestren ser mejores opciones que seguir fumando.

Tal y como señala Moira Gilchrist, vicepresidenta de Comunicaciones Científicas de Philip Morris International: “no podemos ayudar a eliminar el riesgo, pero sí a reducirlo”. Y continúa destacando que “después de varios años de estudios científicos sabemos que es la combustión la que genera la mayoría de las sustancias químicas dañinas, que luego provocan las enfermedades relacionadas con fumar. Por eso nuestro enfoque es el de eliminar la combustión para desarrollar productos que liberan nicotina -que no es la principal causa de las enfermedades relacionadas con fumar-”.

El Cubo de la ciencia y la innovación

Mientras llega el fin los cigarrillos, y hasta que estos desaparezcan, empresas como PMI tienen una responsabilidad debido a su actividad, un objetivo que comparten los más de 1.500 investigadores que trabajan en la compañía. La mayoría de ellos están en El Cubo, un centro de 36.538m2 dedicados a la investigación y a la innovación científica. Allí, en Suiza, es donde expertos en distintas áreas como ingeniería, producto o toxicología, han creado el futuro sin humo que nos espera.

Tras años de investigación y varios prototipos después, el comienzo del futuro sin humo comenzó a andar en El Cubo. Desde 2015 hasta ahora Philip Morris ha registrado más de 3.000 patentes sobre alternativas sin humo, con lo que ha conseguido ser la empresa número 45 con mayor número de solicitudes de patentes en la Unión Europea, algo inédito en el sector del tabaco.


Toda esta actividad se resume en las palabras de Moira Gilchrist cuando dice que “los empresarios deberían pensar más como científicos”. La vicepresidenta de Comunicaciones Científicas de la compañía destaca que, en Philip Morris la ciencia es el núcleo de la transformación empresarial que está viviendo. “Mi empresa reconoce la importancia de asumir riesgos y aprender de los errores, dos conceptos que están en el centro de la innovación”, subraya.

Mientras llega el fin de los cigarrillos

A pesar de las políticas tradicionales adoptadas en aras de concienciar sobre lo perjudicial del hábito de fumar, así como aquellas destinadas a la prevención y cesación del hábito, la realidad es que en la actualidad aún hay más de 1.000 millones de fumadores en el mundo según datos de la OMS.

Para este grupo de personas que de otra manera van a seguir fumando, existe una tercera vía: la reducción del daño, a través del uso de alternativas con nicotina, pero libres de combustión y de humo, que la ciencia avala como mejor opción a seguir consumiendo tabaco y nicotina de la forma más perjudicial: el cigarrillo.

Los estudios científicos han demostrado que lo más dañino de fumar no es la nicotina. Esta es una sustancia que se encuentra de manera natural en la hoja del tabaco, y aunque no está exenta de riesgo y es adictiva, no es el principal problema. ¿Y qué es? El humo: al encender un cigarrillo, se quema y genera un humo que contiene más de 6.000 sustancias químicas, de las cuales unas 100 han sido identificadas por las autoridades de la salud pública como dañinas o potencialmente dañinas. Son estos altos niveles de sustancias tóxicas, la principal causa de enfermedades relacionadas con fumar.

Por tanto, la mejor opción siempre es no comenzar a fumar, y si ya se ha empezado, lo mejor es dejar el hábito por completo. Sin embargo, hay fumadores adultos que no lo van a hacer, pero debemos procurar que tengan acceso a toda la evidencia científica del hábito de fumar para que puedan tomar decisiones informadas.

De igual forma, la ciencia permite a las compañías impulsar su actividad sobre bases sólidas, gracias al trabajo de expertos con talento que buscan desarrollar innovaciones capaces de cambiar el mundo.