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ALDEAS INFANTILES SOS

El reto de ser abuelo en el siglo XXI

Abuelos del siglo XXI:

Un apoyo indispensable

En una sociedad cada vez más acelerada y con dificultades para conciliar la vida familiar y laboral, el papel de los abuelos se ha vuelto más crucial que nunca en la crianza de los nietos.

Según un estudio de Aldeas Infantiles SOS, el 35% de los mayores de 65 años en España cuida a sus nietos varios días por semana, dedicándoles un promedio de 16 horas semanales. Este valioso compromiso de los abuelos ha adquirido una relevancia aún mayor en el caso de aquellos que asumen el rol de acogedores, convirtiéndose en los principales responsables del cuidado y bienestar de sus nietos.

En el Día de los Abuelos, que se celebra el 26 de julio, la organización de atención a la infancia reconoce y valora la contribución fundamental que realizan los abuelos en la sociedad, no sólo como pilares de la estructura familiar, sino también como agentes clave en el desarrollo emocional, cognitivo y social de los niños y niñas. Asimismo, es crucial brindar a estos abuelos acogedores el apoyo y los recursos necesarios para que puedan desempeñar su labor de manera óptima, garantizando así el completo bienestar de los niños a su cargo.

La figura clave de los abuelos en España

España se sitúa a la cabeza de la Unión Europea en cuanto al porcentaje de personas mayores de 65 años que cuidan de sus nietos. Mientras que la media europea se sitúa en el 14,9%, en nuestro país este porcentaje alcanza el 35%, es decir, 1 de cada 3 abuelos y abuelas dedican varios días a la semana al cuidado de sus nietos.

Es el caso de María José, que siempre está ahí cuando la necesitan: “Mi lema es ‘Si tú me dices ven, lo dejo todo’, como la canción. Si un nieto se pone malo me desplazo de Ávila a Madrid para cuidarlo”. Y el de Antonella, que vino desde Italia porque su hijo tiene dos niñas de cinco años y quince meses y acaba de separarse de su pareja: “Necesitaba mi ayuda y no lo dudé”. Por su parte, Fernando cuidó de forma intensiva de su nieta de tres meses y fue entonces cuando descubrió cómo le había “cambiado la vida” y “lo satisfactorio” que le resultaba estar con la pequeña.

Este compromiso de los mayores con la crianza de la próxima generación se refleja no sólo en el tiempo dedicado, sino también en la diversidad de tareas que asumen. Desde llevar y recoger a los nietos del colegio hasta encargarse de darles la comida o la cena cuando sus padres trabajan, los abuelos se han convertido en un apoyo indispensable para muchas familias. Pero este papel protagonista de los abuelos en la crianza de los nietos va más allá de los cuidados prácticos. Su presencia brinda a los pequeños estabilidad emocional, transmisión de valores y una valiosa conexión con la historia familiar. De hecho, según una encuesta reciente, "estar con los abuelos" es una de las tres cosas que más felices hacen a los niños de entre 3 y 8 años.

El 35 % de las personas mayores de 65 años en nuestro país cuida a sus nietos y nietas varios días por semana, un porcentaje 12 puntos superior a la media de la Unión Europea.

El impacto positivo de los abuelos en el desarrollo de los nietos

La relación entre abuelos y nietos se caracteriza por un vínculo único, marcado por el afecto incondicional y la sabiduría que aporta la experiencia de toda una vida. Esta conexión especial tiene un impacto profundo en el desarrollo integral de la infancia.

Un vínculo esencial

  • Los abuelos juegan un papel fundamental en el desarrollo cognitivo y social de sus nietos. Gracias a su paciencia y sabiduría, los niños aprenden valores como la tolerancia, la empatía y el respeto, al tiempo que reciben un ejemplo a seguir. Además, la transmisión de conocimientos y la narración de historias familiares fortalecen los lazos emocionales y contribuyen a la formación de la identidad de niños y niñas.

  • En un mundo cada vez más acelerado, la presencia de los abuelos brinda a los nietos la estabilidad emocional que necesitan. Estos referentes afectivos, que no cargan con la responsabilidad directa de la crianza, pueden ofrecer un cariño incondicional y una complicidad única, convirtiéndose en confidentes y fuentes de apoyo invaluables.

  • Así, según una encuesta realizada a 600 familias españolas, “estar con los abuelos” ocupa el tercer puesto en la lista de cosas que hacen más felices a los niños y niñas de entre 3 y 8 años, solo detrás de “recibir un regalo sorpresa” y “hacer un plan divertido con amigos”.

También la convivencia con los nietos aporta beneficios para los abuelos:

  • El hecho de jugar, pasear y estar activos físicamente con sus nietos les ayuda a mantenerse en forma y mejora su salud. Asimismo, la interacción constante les permite mantener activas sus funciones cognitivas y prevenir enfermedades como el alzhéimer.

  • La presencia de los nietos en la vida de los abuelos les genera una sensación de propósito y utilidad, aspectos fundamentales para su bienestar emocional. Sentirse necesitados y valorados les permite rejuvenecer y ser conscientes de lo mucho que aportan a la unidad familiar.

  • El amor que los abuelos sienten por sus nietos les aporta una gran satisfacción personal. Ser testigos del desarrollo de los pequeños y poder compartir con ellos momentos de juego y complicidad les brinda una alegría y una vitalidad únicas.

Aldeas Infantiles SOS cuenta un Programa de Apoyo al Acogimiento en Familia Extensa donde acompaña y asesora a los abuelos acogedores, velando siempre por el interés superior del niño y promoviendo vínculos afectivos seguros entre todos los miembros de la familia.

Cuando los abuelos asumen el rol de acogedores

Si bien el papel de los abuelos en la crianza de los nietos es fundamental en la mayoría de los hogares, hay casos en los que su protagonismo adquiere aún mayor relevancia. Nos referimos a los abuelos acogedores, aquellos que se convierten en los principales responsables del cuidado y la protección de sus nietos.

En España, más de 18.000 niños y niñas se encuentran bajo una medida de acogimiento familiar, y en la mayoría de los casos (59%) son acogidos por algún miembro de su familia extensa, principalmente abuelos y abuelas. Este tipo de acogimiento supone una alternativa al acogimiento residencial, permitiendo que el niño, niña o adolescente permanezca en el núcleo familiar y disminuir así el daño causado por la separación de sus progenitores. Si bien el acogimiento en familia extensa ofrece múltiples beneficios para el bienestar del niño, también conlleva una serie de retos y desafíos para los abuelos acogedores:

  • Diferencia generacional: la brecha generacional entre abuelos y nietos puede suponer un desafío a la hora de establecer pautas de crianza y comunicación efectivas.

  • Inseguridad en las habilidades parentales: muchos abuelos se enfrentan a la incertidumbre sobre sus capacidades para asumir el rol de cuidadores principales, tras haber desempeñado tradicionalmente el papel de abuelos más vinculado al ocio y al juego.

  • Conflicto de lealtades: Los abuelos acogedores deben acompañar a sus nietos en el duelo causado por la separación de sus padres, lo que puede generar un conflicto de lealtades entre las diferentes generaciones.

  • Renuncia a otras áreas de valor: al asumir la responsabilidad de la crianza, los abuelos a menudo deben renunciar a otras áreas importantes de su vida, como las relaciones sociales o el desarrollo personal, lo que puede provocar aislamiento y sentimientos de culpa.

Los abuelos y abuelas también necesitan apoyos y recursos para garantizar el completo bienestar de sus nietos. Por eso, Aldeas Infantiles SOS reclama para ellos mayor orientación y asesoramiento, servicios de mediación familiar y atención psicológica, más recursos formativos y redes de apoyo.

La labor de Aldeas Infantiles SOS

A través de su Programa de Apoyo al Acogimiento en Familia Extensa, Aldeas acompaña a abuelos y abuelas durante todo el proceso de acogimiento, velando siempre por el interés superior del niño y promoviendo vínculos afectivos seguros entre todos los miembros de la familia.

La organización también les facilita herramientas de gestión emocional, tanto a nivel individual como grupal, que les permitan manejar de manera saludable los posibles conflictos y dificultades que surjan.

A los abuelos acogedores se les ofrecen recursos formativos que les capaciten para ejercer una crianza efectiva, construir vínculos seguros con sus nietos y acompañarles en su desarrollo educativo y también se promueve la creación de espacios de encuentro y acompañamiento que permitan a a estos abuelos sentirse parte activa de la comunidad y contar con un sostén emocional.

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