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Innovación social: clave de la política de inclusión laboral de Clece

Texto: Julián Nieto

Como prestadora de servicios públicos esenciales, Clece siente la obligación de responder a las demandas de la ciudadanía.

Innovación social: clave de la política de inclusión laboral de Clece’
Durante más de tres décadas, Clece se ha caracterizado por una fuerte vocación social / LA OPINIÓN DE MÁLAGA

«Tenemos la obligación de dejar a la sociedad un legado que debe trascender lo meramente financiero. Lo contrario sería imperdonable». Estas palabras de Cristóbal Valderas, presidente de Clece, no dejan lugar a dudas sobre el propósito de la compañía galardonada con el “Premio Empresa del Año Banco Sabadell y Prensa Ibérica” en la categoría Empresa Inclusiva.

Desde su nacimiento, hace más de tres décadas, esta compañía se ha caracterizado por una fuerte vocación social. Pero hace unos doce años quiso ir más allá y tomó el pulso a la sociedad para saber qué esperaba de una empresa de su magnitud. Y fue la propia sociedad, con sus respuestas, la que le mostró el camino a seguir para afianzar su proyecto social. Aquel ejercicio de escucha activa hizo corroborar a Clece su compromiso de devolver a la sociedad lo que la propia sociedad le confía que haga como servidor público. Por eso, desde su papel como prestadora de servicios públicos esenciales, la compañía siente la obligación de responder a las demandas de la ciudadanía y atender sus peticiones, entre las que destacan la dignificación de los trabajadores que prestan servicios de la Administración Pública, la igualdad de oportunidades para los que buscan un empleo y la inclusión laboral de personas procedentes de colectivos desfavorecidos.

Para ello, Clece pone en marcha proyectos de innovación social que se concretan en soluciones pioneras y originales que ayudan a solucionar problemas serios de nuestros días. Lejos de quedarse solo en buenas intenciones, estas iniciativas siempre han dado sus frutos. Buena muestra de ello es que, durante los diez últimos años, la compañía ha contratado a 45.600 personas procedentes de colectivos desfavorecidos. Hablamos de mujeres víctimas de violencia de género, personas con discapacidad, personas en riesgo de exclusión social y jóvenes con dificultades para encontrar su primer empleo.

Un ejemplo de estas iniciativas de innovación social es el autobús de la “Ruta del Empleo” que recorrió Málaga en mayo de 2022 para ofrecer más de 500 puestos de trabajo en toda la provincia. La iniciativa estuvo respaldada por la Diputación de Málaga y por entidades del Tercer Sector, convirtiéndose en un ejemplo de las bondades de la colaboración público-privada para contribuir al desarrollo de una provincia a través de la generación de puestos de trabajo y la fijación de dichos puestos al territorio, lo que además favorece el acceso a servicios esenciales en el ámbito rural, como la ayuda a domicilio.

Las nueve paradas que realizó esta oficina de empleo itinerante abarcaron 90 municipios en los que se entrevistó a más de 1.000 candidatos, dando prioridad a personas con mayores dificultades para acceder al mercado laboral. Los finalmente escogidos se incorporaron a la plantilla de Clece en Málaga, que hoy está compuesta por 4.452 profesionales, el 7% de ellos procedentes de colectivos vulnerables.

Innovación social: clave de la política de inclusión laboral de Clece’
Detalle de la campaña la Ruta del Empleo / LA OPINIÓN DE MÁLAGA

Más allá de la inclusión laboral

En los casos que lo requieren, las contrataciones cuentan con el respaldo de las Unidades de Apoyo a la Actividad Profesional de Clece, compuestas por equipos multidisciplinares (psicólogos, trabajadores sociales y terapeutas ocupacionales) que aportan un acompañamiento antes, durante y después de la incorporación.

Además, en la selección de personas procedentes de colectivos vulnerables, juega un papel fundamental la colaboración en red con más de 400 entidades sociales, entre las que también se encuentra Corazón y Manos. Esta asociación sin ánimo de lucro nació hace siete años, a iniciativa de un grupo de trabajadores de Clece, para ayudar a sus propios compañeros en aspectos a los que no puede llegar la empresa como sociedad anónima.

Corazón y Manos se esfuerza en proporcionar aquello que necesitan los empleados procedentes de colectivos desfavorecidos para afianzar su nuevo proyecto de vida, como soluciones habitacionales, asesoramiento legal o la capacitación necesaria para trabajar.

Adicionalmente, Clece y Corazón y Manos han comenzado a ofrecer un servicio de apoyo psicológico a todas las auxiliares que trabajan en los Servicios de Ayuda a Domicilio (SAD) gestionados por la compañía, entre las que se encuentran las 2.200 trabajadoras del SAD de la Diputación de Málaga y las 680 del ayuntamiento de Málaga. Se trata de una acción pionera, planteada como un beneficio social, cuyo objetivo es prestar una atención personalizada para contribuir al equilibrio mental y emocional de las auxiliares de este servicio esencial. La iniciativa se llama “Cuidado en red” y es prestada por profesionales de la Fundación Salud y Persona.

En definitiva, Clece cuenta con una sólida política de inclusión laboral complementada con iniciativas de acción social que garantizan el éxito de sus nuevas contrataciones, algo que además es posible gracias al apoyo de ACS, la casa matriz de la compañía, según comenta Cristóbal Valderas: «Sin su confianza en nuestra política social no hubiera sido posible poner en marcha un modelo de gestión que impacta de manera tan positiva en la ciudadanía».