Garantizar el derecho a una alimentación sostenible y saludable para todos, prestar apoyo a las personas mayores a nivel comunitario y agilizar la acogida íntegra a personas migradas son el objetivo de tres proyectos del consistorio barcelonés: Alimenta, VinclesBCN y Barcelona Acull.
En el primer cuatrimestre del 2020, en plena pandemia del covid-19, empezaron a aflorar colaboraciones espontáneas entre el tejido social y el Ayuntamiento de Barcelona en respuesta a la necesidad alimentaria de ciertas personas. A partir de ahí, el consistorio ha querido impulsar, conjuntamente con una treintena de entidades sociales, una cobertura de la precariedad alimentaria lejos ya del concepto de asistencia de emergencia. Atender la alimentación como derecho fundamental, pero como parte de todo un contexto de vulnerabilidad que también hay que alimentar. No poder acceder a los alimentos es la punta del iceberg de situaciones a veces muy complejas. Por ello, el Ayuntamiento de Barcelona da un paso más allá, «trabajando junto a la persona usuaria del servicio de alimentación para empoderarla como protagonista de su inserción laboral y comunitaria, en su propio proceso vital, jugando su rol activo, y no únicamente como receptora de alimentos», explica el director operativo del proyecto municipal Alimenta, Josep Antoni Arroyo.
Promover el derecho a una alimentación digna, sostenible y saludable entre personas en situación de vulnerabilidad es objetivo del Projecte Alimenta, que se desarrolla en tres ejes. El primero: Alimentos con sentido, quiere mejorar la prescripción actual de los recursos alimentarios que se hace desde los centros de servicios sociales. El segundo eje son los Espais Alimenta, donde las personas usuarias acuden a comer, pero también a cocinar, cultivarse o educarse, relacionarse y establecer vínculos sociales, u orientarse en el ámbito laboral. «Se incide así en la integración comunitaria y laboral de los y las usuarias», puntualiza Arroyo. Y el tercer eje del proyecto pretende garantizar el derecho a la alimentación de calidad y saludable en el marco del aprovechamiento alimentario, la proximidad y la sostenibilidad.
El cuidado de las personas es uno de los que genera más desigualdad
Hasta el momento hay abiertos tres espacios en los que entidades que ya desarrollaban actividades de proximidad, y que ahora también son espacios Alimenta que dan respuesta a 25 personas cada uno de ellos, tanto en la parte alimentaria, como en el proceso individual de acompañamiento. Están en Horta-Guinardó, en los barrios del Carmel, la Teixonera y la Vall d’Hebron, liderados por la Fundació Jovent; en Sant Martí, en el barrio del Besòs i el Maresme con la entidad Menjador Gregal, y la Fundació Roure se ocupa del programa en el Raval y el Gòtic, en el distrito de Ciutat Vella.
VinclesBCN: contra la soledad
Dependiente del área de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Barcelona, desde 2017 funciona el Servicio VinclesBCN, una aplicación digital para reforzar las relaciones sociales de las personas mayores que se sienten solas. A través del acompañamiento en el uso de la tecnología y del apoyo de equipos de dinamización social, las usuarias reciben una tableta con la aplicación VinclesBCN ya instalada y conexión a Internet. Es muy intuitiva, pues ha sido diseñada pensando en ellas y permite comunicarse e interactuar mediante videollamadas y mensajes.
BCN Acull: acogida de personas
El pasado año, 49 personas migradas fueron acogidas en 55 hogares de familias de Barcelona dentro del programa BCN Acull, en el que diferentes entidades sociales, con el apoyo de subvención municipal, acompañan la llegada a la ciudad de personas migrantes y demandantes de asilo. Se abrirá una oficina técnica para dar apoyo estas entidades y «ayudar a gestionar el vínculo entre las familias de acogida y las entidades, agilizar las trabas burocráticas y facilitar el acceso de las personas migradas a otros servicios municipales», explica desde la dirección de Drets de Ciutadania del Ayuntamiento de Barcelona, Ana Lemkow.