La situación que hemos vivido a raíz de la covid-19 hace tangible la importancia de tener viviendas, en primer lugar, y con unos mínimos estándares de calidad. La pandemia ha agravado la emergencia habitacional que afecta a Barcelona y que hace necesario el desarrollo de una política de vivienda que atienda la situación actual y actúe sobre las causas concretas que dificultan el acceso a un hogar en la capital catalana. Una de las mejores formas de plantar cara a la emergencia pasa por los desahucios, tratando de evitarlos o garantizando un realojamiento digno en caso de que se sucedan. Para ello, el gobierno municipal cuenta con el Servei d’Intervención en la Pèrdua de l’Habitatge i Ocupació (SIPHO), que ofrece apoyo a las personas afectadas por un proceso de desahucio. Proporciona asesoramiento e información sobre los derechos reconocido por ley y, en caso de que no sea posible llegar a un acuerdo con la parte propietaria para frenar el desahucio y llega la fecha marcada, el SIPHO realiza las últimas negociaciones y acompaña a las familias afectadas. Asimismo, también participa en la mediación comunitaria de los pisos ocupados y se encarga de hacer un censo de los hogares afectados.
El 33% de los hogares atendidos tiene dificultades para pagar las facturas
Por otro lado, el consistori ha impulsado diferentes estrategias para impulsar la construcción de viviendas asequibles, de alquiler y dotacional, a través de diferentes formas de construcción. Construye ahora más vivienda social que nunca y lo hace de todas las maneras posibles: a través de la construcción directa, la construcción privada a través de promotoras, y la construcción a través de mecanismos de cooperación como la covivienda.
Tampoco deja de lado la vivienda ya construida: trabaja para la captación de pisos privados para ofrecerlos en alquiler social.
Promociones industrializadas
Para ello cuentan con una innovación en el sector de la construcción: la producción industrializada, tanto para vivienda nueva como para rehabilitación. Consiste en la utilización de materiales de obra prefabricados y técnicas constructivas industriales que comportan una mejora en muchos aspectos de la construcción y rehabilitación, como ya se hizo en los alojamientos provisionales APROP, construidos a partir de contenedores reciclados.
Ahora se implementarán en la construcción de vivienda pública. Estos trabajos de construcción se preparan en talleres y fábricas y posteriormente pueden encajarse en la obra, facilitando la calidad arquitectónica y la reducción de los plazos de construcción, de los costes derivados, del consumo energético y de las emisiones de CO2. El principal organismo encargado de ello en la capital catalana es el Institut Municipal de l’Habitatge i la Rehabilitació de Barcelona (IMHAB).