Entrevista YOTELE

Adriana Abenia cierra heridas con su nuevo libro 'La vida ahora': "'Sálvame' no me cuidó"

Hablamos con la presentadora su nueva publicación en la que habla de algunos de sus episodios más importantes de su vida, especialmente en su etapa como reportera en el que fue programa de Telecinco

El radical e inesperado cambio de look de Adriana Abenia: "¡Lo prometido es deuda!"

Adriana Abenia

Adriana Abenia / Redacción Yotele / PENGUIN RANDOM HOUSE / SILVIA DE LA FUENTE

Sergio López Martín

Sergio López Martín

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

"Hace no demasiado tiempo habría sido impensable revivir las curvas de una época que no fue fácil, ni para la que creo que estuviera preparada". Así comienza 'La vida ahora' (Vergara - Penguin Random House), el nuevo libro de Adriana Abenia con el que impacta con la confesión de un secreto que guardó celosamente incluso a su círculo más íntimo en pleno apogeo de su carrera en la televisión como reportera de 'Sálvame'.

Escrito en primera persona y bajo lo que supone volver a mirar a un pasado que le hizo daño, la actual presentadora de 'Callejeando' (Telemadrid) hace un autoretrato sincero y honesto en el que desvela cómo se sobrepuso a la presión del éxito, que le llevó a tener problemas de salud, y también cómo aprender de la experiencia en un importante ejercicio para sanar sus heridas. YOTELE habla con Adriana Abenia sobre el lanzamiento de 'La vida ahora', además de otros muchos asuntos como su paso por el que fue el programa de las tardes de Telecinco.

¿Por qué 'La vida ahora' y por qué en este momento?

Me ofrecieron escribir mi historia en un momento en el que sentí que los años habían curado todo y porque mucha gente puede sentirse identificada conmigo, en una sociedad en la que parece que vivamos en un continuo jet lag a una velocidad que no corresponde. En ‘La vida ahora' viajo a las curvas de mi vida, precisamente cuando creo que ya todo se ha puesto en orden.

 ¿Qué ha supuesto este libro para ti, Adriana?

Ha supuesto tener que traer del pasado momentos que yo había dormido. Tenía claro que lo había superado, pero hasta que no lo he escrito no he sido consciente de hasta qué punto. En cierta manera, revivir fantasmas es fuerte, además con la potencia que implica tener que escribirlos como si estuvieran sucediendo en ese preciso momento. A ratos, tenía que parar. Lo más fuerte fue, ya no escribirlo, sino cuando lo leí en el audiolibro, porque allí no puedes escapar de tu historia. Son horas y horas leyendo y se me encogía el alma.

Me imagino que no ha sido un libro fácil.

No lo ha sido. De hecho, cuando Penguin me propuso escribirlo, en un principio dudé. Incluso te diré que había más posibilidades de decir que no que de aceptar, pero Sergio me convenció. Me dijo "Hazlo ahora, adelante, porque es una historia que ha reposado el tiempo necesario y te vas a liberar de muchas cargas, de muchas mentiras que han tapado agujeros cuando no sabías que contestar y va a ser terapéutico". Y, efectivamente, ha sido una grata experiencia escribirlo. Yo creo que de las mejores de mi vida.

En este libro, hablas de muchas cosas, de cómo ves la vida ahora. Desde temas como la alimentación, como la de la crianza de tu hija Luna, pasando por el hecho de saber decir que no. Muchas cosas con las que te defines tal y cómo eres. Ha habido muchas personas que te han criticado prejuzgándote en este tiempo. ¿Crees que se pondrían un punto en la boca si lo leyesen?

Este libro implica quedar muy expuesta y que la gente conozca muchas cosas de mí. Y probablemente mis palabras tenían un sentido, simplemente había que colocarlas en un escenario. También te digo que hay veces que viertes opiniones y hay mucha gente interesada en distorsionarlas. Porque hay que rellenar pódcast o porque simplemente buscan un foco de atención. No siempre se malinterpretan porque tú no las hayas expresado bien, que a veces también. En ocasiones no has podido estar en el más brillante de tus días. Y otras veces no estar de acuerdo con algo que opinaste en el pasado. Y si tengo que pedir perdón, lo pido y no hay ningún problema. Yo creo que en esta vida nadie es perfecto, todos nos equivocamos, somos humanos. De lo contrario, nos moveríamos por la vida como si fuéramos robots, completamente deshumanizados.

"Revivir fantasmas es fuerte, además con la potencia que implica tener que escribirlos como si estuvieran sucediendo en ese preciso momento"

Adriana Abenia

— Presentadora y colaboradora de TV

Hablas de asuntos como la ansiedad. Hace unos años, mucha gente la infravaloraba y ahora está afortunadamente muy visibilizada. ¿Este libro también quiere poner el foco en la salud mental?

Sí, por supuesto. De hecho, fue uno de los motivos por los cuales decidí escribirlo. Muchas personas se sentirán angustiadas en la misma situación a la que probablemente yo me vi abocada. Y creo que ir de la mano con este libro es entender que no solamente te está pasando a ti, y sobre todo, no es un libro en el cual cuente mi historia sin más, sino que ofrezco las herramientas, sin ser yo ni psicóloga, ni psiquiatra, ni coach, que me sirvieron para afrontarlo y para salir de la mierda en la que me vi sumida de repente después de algo terrible.

No lo vi venir. No fui capaz de verlo venir. Y no se lo conté a nadie. Pensé que si lo hacía, mi vida laboral habría sufrido un drástico cambio en un momento en el cual yo me iniciaba en la televisión. Decidí callar y ocultárselo a las personas más cercanas para que no fuera tan real. Con este libro muchas personas, muchos amigos íntimos, se van a enterar de lo que realmente me sucedió.

Poner el foco en la salud mental es súper importante, porque hace años ir a un terapeuta, a un psicólogo o a un psiquiatra, implicaba poco menos que estar loco. Y para nada. Es primordial que le demos la importancia que tiene a la salud mental, porque con salud puedes empezar una y mil veces, sin ella no, y eso conlleva que tengamos que tener muy presente lo que nuestro cuerpo trata de decirnos en muchos momentos, ya que nos acostumbramos a vivir a mil revoluciones y no nos damos cuenta de las consecuencias que pueden derivar de ello. Dedicamos muchas horas al trabajo, incluso nos sentimos mal si de repente un día estamos tocándonos los pies viendo la tele, como si fuéramos unos vagos, y no, esos momentos son súper necesarios.

Dentro de tu trayectoria televisiva, hablas de que te quedaste a la puerta de ser reportera de 'Sé lo que hicistéis' y que Risto Mejide te hizo el casting para 'Fresa ácida', tu primer programa en Telecinco.

Esto lo he hablado en más de una ocasión con él. Le he dicho 'qué cabrón fuiste' (risas). Porque es una realidad, lo que pasa es que para mí era tan loco estar haciendo un casting con el que era el 'juez malo de OT', por el que muchos habíamos visto ese programa, que me dio un ataque de risa como no me ha dado jamás, y le hizo gracia a Óscar Cornejo, que estaba allí muy al tanto. Salí de allí convencida de que no iba a ser la elegida y, sin embargo, transcurridas unas horas, dando un paseo por esa ciudad tan bonita como Barcelona, me dijeron que iba a presentar el Access de Telecinco junto con otras dos chicas.

Y de ahí a 'Sálvame'

Cuando terminó el programa, yo pensaba que volvía a casa, a Zaragoza de vuelta, y, sin embargo, Óscar me dijo 'No. Tú no te vas. Tú te quedas conmigo en 'Sálvame''. Y claro, yo acogí esa decisión desde el terror que me suscitaba un programa tan polémico del que tanta gente hablaba, que tanta gente veía y que resultaba tan caótico, porque no había un guion, tú salías allí y que fuera lo que tuviera que ser. De hecho, recuerdo que la primera pregunta que me hizo Jorge Javier el día 1.

Que te preguntó sobre a quién votabas, ¿verdad?

A partir de entonces, dije 'Me voy a relajar, voy a intentar hacerlo lo mejor que sepa, pero escudada en un personaje', porque, en cierta manera, necesitaba esa coraza para enfrentarme a un programa como era 'Sálvame'.

"No se lo conté a nadie lo que me pasó. Pensé que si lo hacía, mi vida laboral habría sufrido un drástico cambio en un momento en el cual yo me iniciaba en la televisión"

Adriana Abenia

— Presentadora y colaboradora de TV

En este libro hablas en profundidad de asuntos que te aconteció cuando estabas trabajando en 'Sálvame' como que acabaste hospitalizada tras un hecho terrible y lamentable en un pueblo al que fuiste a hacer un reportaje. ¿Consideras que el programa te cuido?

'Sálvame' no me cuidó, pero la culpable fui yo por no poner límites. De hecho, agradecí que Jorge Javier dijese en una entrevista en Lecturas que no habían sabido cuidarme.

Después de lo que te ocurrió, cuentas que 'Sálvame' te despidió y te hizo el 'vacío' en los eventos a los que acudías y ellos cubrían. A pesar de ello, tú tuviste la generosidad de mentir y decir que te marchabas tú. ¿Por qué lo hiciste?

Protegí a La fábrica de la tele, porque, en ese momento, consideré que me lo habían dado todo. Tenía en mi mente a Óscar Cornejo y se me arrugaba el corazón de que no hubiese intentado evitar cómo se produjo el final de Sálvame, porque fue muy ingrato. Fue un frío e inesperado adiós. Y lo cierto es que hay derrotas que hay que celebrar por todo lo alto, porque lo que yo supuse que era un fracaso me dio la vida. Si hubiera continuado allí, no sé qué habría sido de mí. Y es verdad que a todo el mundo le dije que lo había dejado porque no quería encasillarme en un personaje, porque quería vivir nuevas aventuras para tapar lo que había ocurrido de verdad, incluso a Paolo Vasile en el despacho. No fui sincera con él, porque no me atreví, porque sentía que les estaba fallando. Fíjate qué tontería. 

Como dices, a Paolo Vasile, exconsejero delegado de Mediaset, tú le mentiste para proteger a La fábrica de la tele, y aun así te dice de volver, pero otra vez a 'Sálvame' después de lo ocurrido.

Fue un plan perverso hacerme volver a través del mismo programa en su versión nocturna, seamos realistas, pero también me ofreció la oportunidad de volver y de saber por qué ya no contaban conmigo para presentar ciertos formatos. Por ejemplo, estaba en las quinielas para presentar 'Supervivientes' y 'No le digas a mamá que trabajo en la tele' y, de repente, dejó de sonar mi nombre. Yo no entendía el porqué hasta que fui a su despacho y me lo explicó todo.

"Mentí sobre mi salida de 'Sálvame' para proteger a La fábrica de la tele porque, en ese momento, consideré que me lo habían dado todo. Tenía en mi mente a Óscar Cornejo"

Adriana Abenia

— Presentadora y colaboradora de TV

 ¿Las promesas incumplidas te hicieron desilusionarte con la tele?

Sí, a ratos pensaba que la tele no estaba siendo justa conmigo. Pero si te soy honesta, nunca me han faltado proyectos y he ido enlazando uno con otro hasta labrarme una carrera de éxitos. Cuando aparecieron las redes sociales, puede volcarme en la publicidad. Me dio la opción de seleccionar mejor mis trabajos en tele. De hecho, cuando nació Luna, también pude dedicarle más tiempo, cosa que habría sido imposible si no hubiera tenido Instagram, por ejemplo, para trabajar.

También cuentas que cuando se anuncia el final del 'Sálvame', te llaman para que tú estés en el último programa después de lo que viviste y tú tomas una decisión acorde con como te sentía hacia el programa. ¿Qué te hizo tomarla?

Ser honesta con una misma es lo más importante. Hay que aprender a decir que no y tener en cuenta que, cuando le decimos a otra persona que sí y en realidad queremos decirle que no, a quienes le estamos diciendo que no es a nosotros mismos. Habría sido una locura y habría sido absurdo. Ir a enterrar un programa cuando realmente pretendieron durante muchos años hacer desaparecer lo que un día criaron. Cuando todos los medios se acercaban, 'Sálvame' se mantenía en la distancia, siguiendo directrices de la cúspide, cómo no.

¿Le has enviado el libro a alguien de Sálvame?

Sí. Mira, se lo han enviado a Carlota Corredera, por ejemplo. A Ion Aramendi, a María Patiño...

Ahora, años después y tras la renovación de su directiva, ¿te gustaría volver a trabajar en Mediaset?

A mí me encantaría trabajar en Mediaset porque, además, lo tengo cerca de casa. Me viene muy bien. Lo que pasa es que tienen que dar con el formato. Tiene que ser algo que me ilusione. Es cierto que ahora Mediaset está en horas bajas, pero la tele son ciclos y estoy convencida de que volverá a ser la cadena potente en la cual comencé.

Si te propusieran ahora presentar 'Supervivientes', ¿aceptarías?

Ahora sí que lo haría. Ahora sí que estoy preparada. Sobre todo mentalmente para viajar a una isla y entregarme en cuerpo y alma. No te digo que se vaya a dar, pero ¿por qué no?

"Estaba en las quinielas para presentar 'Supervivientes' y 'No le digas a mamá que trabajo en la tele' y, de repente, dejó de sonar mi nombre. Yo no entendía el porqué hasta que fui al despacho de Paolo Vasile y me lo explicó todo"

Adriana Abenia

— Presentadora y colaboradora de TV

 Tras tu etapa de 'Sálvame', fichas por 'Así nos va', programa en el que vives situaciones a las que a nadie le gustaría vivir cuando trabajas en un programa de televisión. Por ejemplo, narras como Florentino Fernández te dice el primer día que le has decepcionado. ¿Cómo se intenta remontar eso en un trabajo en equipo en los días posteriores a un arranque?

Me puse muy triste cuando me dijo eso, porque había sido elección suya que yo estuviera en ese programa. Sentí que le había fallado. La verdad es que yo estaba en un momento muy delicado. Era la primera vez que me manejaba en televisión sin asumir un personaje. Tal vez ese día estaba más desubicada. No lo sé, no lo recuerdo bien, pero supongo que haberme dado un mensaje de ánimo en los pasillos habría sido más constructivo tal vez que volcar esas palabras en mí. Me disgustaron mucho. Es verdad que luego, conforme se sucedieron los programas, la gente fue desapareciendo. Muchos colaboradores dejaron de estar y yo continué hasta el final. Pero sí, rescato ese instante porque me sentí fatal.

También cuentas que otra cara visible de ese proyecto no te dirigió la palabra y narras situaciones muy desafortunadas y lamentables. ¿Llegaste a entender por qué estaba teniendo esa actitud contigo?

Con el tiempo, cuando me pidió perdón, pude llegar a ponerme en su propia piel. No justifico lo que hizo, pero creo que perdonar también es crecer como persona y yo la perdoné en el mismo instante en la que me dio un abrazo, porque supuse, aunque no me lo dijera, que no estaba viviendo buenos momentos, lo que pasa es que creo que entre dos personas que estábamos viviendo una situación complicada en el mismo programa, intentando remar a favor para que el programa fuera genial, pues la sororidad brilló por su ausencia y, haber tenido de cara a esa persona, para mí, habría supuesto un mundo.

En el libro no das su nombre. ¿Por qué?

No quiero que el libro sea un arma para hacer sangrar. No quiero que el libro habrá heridas en ningún momento. Ni quiero juzgar a nadie. Simplemente, quiero contar lo que pasó. Limitarme a eso. Y mostrar todo lo que he aprendido desde entonces. Por eso, en algún momento, he protegido los nombres de ciertas personas para que no se pongan en el punto de mira. Para que el foco no se sitúe en ellas, porque no soy una persona rencorosa. Yo lo he olvidado.

"Me puse muy triste cuando Florentino Fernández me dijo que le decepcioné en el primer día de 'Así nos va', porque había sido elección suya que yo estuviera en ese programa. Sentí que le había fallado"

Adriana Abenia

— Presentadora y colaboradora de TV

Mucha gente ahora considera que, a lo mejor, escribes este libro por venganza...

Es un libro para cerrar heridas, no para abrirlas, y porque, en cierta manera, me sirvo de las circunstancias para contar cómo yo me sentía. Y todo lo que sucedía en mi cabeza y cómo llego a esa situación. Me sirvo de todas esas personas y lugares para situar al lector. Pero sin ánimo de sembrar nada, al contrario, es un libro para construir, no para destruir, para mostrar la verdad, porque yo creo que solté tantas mentiras por mi boca que he necesitado con el tiempo enmendar todo aquello siendo, por ejemplo, más honesta en redes sociales, cuando algo me sucedía malo contándolo, mostrándome más como yo soy. Y he aprendido tantas cosas de aquella caída. Porque yo creo que, cuando en tu vida algo te frena, es una oportunidad para crecer, no siempre. Cuando te equivocas o cuando algo sucede, aprendes, pero en mi caso creo que la lectura ha sido muy positiva dentro de la mierda en la que me vi.

Después de todo lo que me has contado y de lo que cuentas en el libro, solo hace falta leerlo para darte cuenta de que no lo haces con mala intención, sino que lo haces como una medida terapéutica.

Al final, cada uno cargamos con nuestra propia cruz, como diría un cura. Y cada uno sabemos lo que hemos hecho mal y lo que no. Y ya está, y allí queda cada uno que haga examen de lo que haya podido hacer en su vida, pero sin más. Yo no voy a ser verdugo de nadie, ni ahora ni nunca.

"Es un libro para cerrar heridas, no para abrirlas, y porque, en cierta manera, me sirvo de las circunstancias para contar cómo yo me sentía"

Adriana Abenia

— Presentadora y colaboradora de TV

 Al final, también, entre otras cosas que desvelas, cuentas que has aprendido a decir que no y el de medir el valor de cada cosa, también lo televisivo. ¿Has renunciado a muchas cosas en lo televisivo aplicando esta lección?

Sí. Aprender a decir que no es también hacer un importante ejercicio. No hace mucho, he dicho que no a un programa de televisión que ve mucha gente, precisamente porque no me iba a sentir a gusto sentada en esos sillones. Creo que marca un poco el estilo que sigo desde hace ya bastante tiempo y que pretendo continuar haciendo más adelante. ¿Para qué hacer algo si no estás a gusto? ¿Qué sentido tiene? Sí, es un trabajo, pero creo que te tienes que sentir cómoda con lo que haces. Y si no vas a estar a gusto y no vas a dar el 100%, yo prefiero no hacerlo. Por mucho que me paguen. El dinero no lo es todo.

Multitud de escritores dicen que sacan importantes lecciones de lo que escriben. En este caso, ¿qué lecciones sacas tú?

He aprendido a frenar, a parar para poder ver los problemas y dar soluciones. También a desoír las voces ajenas que pretenden enjuiciarme cuando probablemente ni conozcan una pequeña parte de mí, porque muchas veces pueden ser malintencionadas y tóxicas, como ocurre en las redes sociales, y he aprendido a no ser tan dura conmigo misma. A no tener un nivel de autoexigencia tan desorbitado, aquello era un castigo. Ya no soy perfeccionista, no persigo anticiparme a lo que va a suceder. Vivo el día a día, lo hago todo con el mayor cariño que me es posible. Intento educar a mi hija en unos valores que creo que son los buenos y ya está, y trato de ser feliz y de rodearme de gente que me quiere tal y como soy.