Patrimonio histórico

El Museu del Ferrocarril de Vilanova proyecta un nuevo espacio para cubrir las locomotoras del siglo XX

El equipamiento vive un "punto de inflexión" a raíz de las últimas reformas, que atraen a un 10% más de visitantes

El Museu del Ferrocarril de Vilanova cierra 2023 con 40.000 visitantes, un 15% más que antes de la pandemia

Una de las locomotoras a vapor expuestas en los exteriores del Museu del Ferrocarril de Catalunya

Una de las locomotoras a vapor expuestas en los exteriores del Museu del Ferrocarril de Catalunya / ACN

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La dirección del Museu del Ferrocarril de Catalunya, en Vilanova i la Geltrú, se marca un horizonte de diez años para construir un espacio que dé cobijo a la veintena de locomotoras del siglo XX que están expuestas en el patio exterior del recinto. "El deterioro a la intemperie se está acelerando muchísimo", avisa en una entrevista a la ACN la nueva directora del museo, Mayte Castillo, que hace pocos meses ha asumido el cargo.

Después de haber dirigido el servicio de Rodalies, Mayte Castillo se estrenó en abril como directora del Museo del Ferrocarril en un momento en que el espacio vive una nueva etapa desde que en octubre se inauguró la ampliación y reforma del montaje, "que han permitido que, por fin, se pueda hablar de un museo del siglo XXI con un relato amplio y moderno".

Con una inversión de 3,4 millones de euros desplegados durante siete años de obras, el equipamiento da por completadas las grandes reformas que había pendientes desde hacía años, si bien queda un último proyecto para cerrar el círculo: cubrir la veintena de locomotoras que se muestran en el exterior. Algunas son máquinas a vapor de la primera mitad del siglo XX, y también destaca el valor de las primeras locomotoras eléctricas que empezaron a funcionar antes del 1930.

Castillo recuerda que hacer esta cubierta es un propósito que ya inició la anterior directora, Pilar García, muy a largo plazo. Ahora celebra que ya sea un reto factible. "Necesitamos una edificación que rompa con la construcción modernista que acoge la maquinaria más antigua, y que ofrezca un espacio nuevo para frenar el deterioro de las locomotoras que tenemos al aire libre", insiste.

Castillo estima que este otoño se convocará el concurso de ideas con el apoyo del Ministerio de Transportes y Movilidad Sostenible, de forma que durante 2025 ya se pueda tener sobre la mesa el dibujo de este nuevo espacio. Teniendo en cuenta la lentitud de los plazos legales en un proyecto de esta magnitud y la complejidad de la obra para preservar las máquinas que tienen que quedar bajo la nueva cubierta, la directora cree que será aproximadamente en 2034 "cuando el museo podrá dar por logrados todos los grandes retos planteados durante las últimas décadas".

Mientras tanto, a corto plazo, la dirección plantea otros proyectos de menor dimensión "para mejorar la experiencia de los visitantes, sobre todo del público escolar y familiar". Es el caso de la instalación de un trenecito eléctrico en miniatura que haga un itinerario por la exposición de locomotoras, el cual el Museo del Ferrocarril quiere tirar adelante en colaboración con la Generalitat. También planifica una reforma del área de juegos infantiles, así como la consolidación, el año que viene, de una programación cultural de verano.

Castillo sostiene que “el Museo del Ferrocarril tiene que poder transmitir cómo el tren ha significado un antes y un después para buena parte de la sociedad". Ante las críticas que a menudo muestran muchos usuarios habituales del tren, la directora les invita a valorar que "la red está sufriendo porque se están haciendo más inversiones que nunca" y apunta que "de aquí 15 o 20 años, el museo explicará este escenario que viven ahora los usuarios".

En este sentido, Castillo avanza que el museo vilanovense prevé incorporar a corto plazo algunas locomotoras y vagones de viajeros de los actuales servicios de Rodalies y Media Distancia. Recuerda que estos convoyes están en pleno proceso de renovación, de forma que, una vez se retiren de la circulación, algunos ejemplares se expondrán en Vilanova "para dar espacio propio también a la movilidad de los últimos años del siglo XX y principios del XXI". "No nos tenemos que olvidarnos de preservar los trenes que están formando parte de nuestra vida", resalta.

Durante los primeros nueve meses desde que abrió puertas el nuevo museo, la directora celebra que la acogida ha sido "muy buena", con registros que superan las cifras de antes de la pandemia y que rozan los 40.000 visitantes. En el caso de los que están pasando por el espacio durante este verano, son un 10% más que ahora hace un año.

Una de las asignaturas pendientes de superar es la llegada de más público extranjero, "que interesa muchísimo incrementar, más allá de los visitantes franceses". Castillo admite que buena parte de los turistas que llegan al Garraf quedan abrumados por la oferta museística de Sitges, pero confía que el nuevo montaje ayude a traerlos hasta Vilanova.