El Ayuntamiento de Vilanova aprueba dar marcha atrás a la municipalización de la limpieza viaria

El pleno del Ayuntamiento de Vilanova i la Geltrú ha aprobado iniciar los trámites para deshacer la municipalización del servicio de la limpieza viaria iniciada hace justo dos años, durante el mandato de ERC, Capgirem-CUP y Junts. El actual Gobierno municipal formado por PSC y Comuns ha impulsado una comisión de estudio para devolver el servicio a la gestión indirecta, y ambos grupos ―que suman mayoría absoluta― han sido los únicos que han votado a favor de las conclusiones de esta comisión para echar atrás la prestación desde el Ayuntamiento.

El resto de partidos han pedido retirar el punto del orden del día, pero el Gobierno local lo ha descartado para no dilatar más el proceso. "El servicio está al límite y hay tareas que no se están haciendo", ha asegurado el concejal de Serveis Urbans, Gerard Llobet. Finalmente, los dos partidos de gobierno han votado a favor; ERC, Transformem, Junts y CUP votaron en contra; mientras que el PP se abstuvo.

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Según la memoria realizada por la comisión que ha analizado la viabilidad de devolver el servicio a una licitación externa, la limpieza viaria es 400.000 euros más cara en el actual formato de servicio prestado directamente por el Ayuntamiento a través de la Companyia d'Aigües. En concreto, tener municipalizado el servicio cuesta más de 3,3 millones de euros, mientras que licitarlo costaría 2,9.

La misma comisión ha indicado que la diferencia radica en que las necesidades de limpieza han sido superiores a las previstas cuando se encomendó el servicio a la Companyia d'Aigües, y que ha habido un aumento salarial no previsto inicialmente en el acuerdo de subrogación. Según el consistorio, si se devuelve a la gestión indirecta se redimensionará el servicio, pero el coste no llegará a los 400.000 euros de diferencia actuales.

Ante las críticas de todos los grupos de la oposición, el gobierno ha recalcado que, después de la aprobación inicial en el pleno, a partir de ahora se abre un periodo de varias semanas para debatir cómo definir la futura licitación para que no sea deficitaria.