Obama se queda solo en el brindis a la reina Isabel II

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La visita de Obama al Reino Unido ha tenido también una anécdota curiiosa. Sabido es que el boato y el protocolo marcan las cenas de gala con la reina británica, pero el presidente de EEUU no estuvo atento para detectar que los músicos le jugaron una mala pasada. En la cena del martes, en el momento en el que el presidente Obama se levanta para decir unas palabras de elogio hacia su anfitriona, empieza a sonar el himno británico antes de tiempo. La reina se queda quieta, como marca la ortodoxia. Sigue la música, el himno, y Obama prosigue su discurso mientras todos los presentes están inmóviles y en silencio, alza su copa y la reina Isabel elude el saludo. El presidente de EEUU espera algo contrariado, hasta que por fin cesa la música y entonces sí, la reina le ofrece su copa.