Se cumplen treinta años de la llegada de la primera patera de la Ruta Canaria

EFE

Como una luz de esperanza, los destellos del faro de La Entallada iluminaron las coordenadas de Canarias en mitad de una noche clara a dos jóvenes saharauis que habían zarpado desde Tarfaya en una pequeña embarcación de pesca, el 28 de agosto de 1994. En menos de 24 horas, arribaron al pueblo pesquero de Las Salinas del Carmen, en Antigua, Fuerteventura. La suya fue la primera patera en llegar a las Islas. Sin saberlo, la estela de su barquilla marcaría la ruta canaria de la inmigración. 30 años después, los medios con los que intentan llegar al Archipiélago y la gestión de la atención que reciben en tierra han evolucionado, pero el anhelo de los migrantes permanece inalterable: encontrar un futuro mejor. Un total de 229.032 personas, con familia, esperanzas, nombre y apellido, ha logrado sobrevivir a esta mortífera ruta. Muchas otras, invisibles para las cifras oficiales, han perecido por las dificultades de la travesía o han sido engullidas por el océano Atlántico, condenadas al anonimato. 

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