Visitantes con sordoceguera exploran el Recinto de Sant Pau

Vídeo: EFE / Fotos: Jordi Otix / Edición: Laly Chávarry

El modernismo catalán, a flor de piel en el sentido más físico de esa expresión. Una sesentena de invidentes y sordociegos (solo por curiosidad, se les distingue por su bastón, blanco integral los primeros y con una franja roja los segundos) han visitado por primera vez el recinto modernista del antiguo Hospital de la Santa Creu y Sant Pau para, como no, palparlo, conocerlo más allá de la palabra. Iban más que documentados previamente. En las preguntas a la guía era evidente que se sabían la historia de aquel colosal recinto sanitario que dio servicio a la ciudad durante 90 años, pero para los 60 miembros de esa expedición, las yemas de los dedos son sus ojos. Aseguran que visitas así significan un antes y un después. El 27 de junio celebra la ONCE el Día Internacional de las Personas con Sordoceguera. Lo celebraron hace un año en la Sagrada Família. Este, en Sant Pau. Puede que no haya una arquitectura más interesante al tacto que el modernismo y hasta puede que en ausencia de uno o más sentidos se tenga una percepción más profunda de Antoni Gaudí y Domènech i Montaner que con una vista de lince.