Dentro del taller de Carlos Echevarría

Patricio Ortiz

Carlos se queda un poco descolocado al ver a Patricio con la cámara. "¿Pero cómo? Esto no me lo habías dicho...". Se revisa de arriba abajo y concluye que quizás se habría vestido distinto. Pero va impecable: gafas oscuras, camisa negra de manga corta muy desabrochada, tejanos, buen reloj y generosa cruz de oro colgando hasta la base del esternón. Recibe a este diario en su galería-taller, sita entre Les Corts y L'Hospitalet, en un tranquilo pasaje. Desde la calle, nada hace sospechar que dentro hay más de 250 m2 con centenares de obras de arte que casi nadie ha visto. "Porque no me sé vender, porque se me da fatal poner precio a las cosas y porque la mayoría de galerías son enemigas del arte". Bienvenidos al mundo de Carlos Echevarría, el peculiar artista conceptual al que, como a tantos otros, Barcelona no quiso hacer demasiado caso.

Temas

Museos Arte