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Adiós a la humedad

Adiós a la humedad

Alba Aguilera

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No importa cuántas veces a la semana, o incluso al día, limpies tu casa. Muchas veces, parece que no haya forma de deshacerse del olor que desprende el propio hogar: al entrar en una habitación que ha estado cerrada durante un tiempo, te sorprende el olor a humedad que impregna todo, a pesar de que la habitación en sí no esté sucia.

Cuando esto sucede es posible que, por mucho que pensemos, no podamos llegar a una conclusión clara de qué está sucediendo exactamente y por qué existe ese aroma chirriante. Y es que, en ocasiones, la humedad no es visible, pero aun así genera un ambiente que incomoda otro de nuestros sentidos: el olfato.

Tipos de humedades

Tal como explica a través de su portal web Iberdeco Humedades, empresa líder en la eliminación de este fenómeno, existen tres tipos de humedades:

  • Por condensación: se trata de la aparición de pequeñas manchas de moho en paredes, techo, mobiliario y ropa. También es apreciable en el vaho de los cristales y azulejos. De hecho, los malos olores son síntomas visibles de la condensación.
  • Por capilaridad: esta tipología consiste en humedades que emanan del suelo, especialmente en aquellas construcciones cuyos muros no han sido adecuadamente impermeabilizados. Esta acumulación de agua asciende por los poros de los materiales de construcción, acelerando el deterioro de los muros por efecto de la capilaridad.
  • Por filtración: en los muros del sótano y semisótano, además del efecto de capilaridad, se produce una presión lateral de las tierras en la parte soterrada, que traspasa al interior debilitando los muros y deteriorando su interior.

Motivos del mal olor

Esta misma empresa especializada advierte de los 7 motivos principales por los que esta humedad acaba convirtiéndose en un mal olor que, en algunos casos, puede resultar insoportable. Son los siguientes:

  1. Problemas de ventilación. Una ventilación deficiente en la vivienda puede contribuir a la acumulación de humedad y al olor a humedad. La falta de circulación de aire fresco impide que la humedad se disipe adecuadamente, lo que favorece la proliferación de moho y hongos, así como el desarrollo del olor característico.
  2. Filtraciones de agua. Las filtraciones de agua son una de las principales causas de humedad en una casa. Pueden ser el resultado de goteras en el techo, tuberías con fugas, grietas en las paredes o problemas en la impermeabilización de la estructura. Cuando el agua se filtra en la vivienda, puede acumularse en las paredes, techos, o suelos, generando un ambiente húmedo y el consiguiente olor desagradable.
  3. Humedad del suelo. En algunos casos, la humedad puede provenir del suelo, especialmente en sótanos o plantas bajas. La falta de una adecuada impermeabilización del suelo o una capa de aislamiento inadecuada puede permitir la infiltración de agua subterránea, lo que puede generar un ambiente húmedo y el olor correspondiente.
  4. Humedad exterior. En áreas con altos niveles de humedad ambiental, como regiones costeras o zonas con climas húmedos, la humedad exterior puede ingresar a la vivienda a través de ventanas, puertas o grietas en la estructura. Esto puede contribuir a la presencia de humedad y al olor a humedad en el interior.
  5. Problemas de impermeabilización en la vivienda. Una impermeabilización deficiente puede provocar diferentes tipos de humedades con su consiguiente mal olor, especialmente en plantas bajas, sótanos y garajes.
  6. Condensación. La condensación ocurre cuando el vapor de agua en el aire se enfría y se convierte en líquido al entrar en contacto con superficies frías, como ventanas, espejos o paredes mal aisladas. La condensación puede ser más común en áreas de alta humedad, como baños o cocinas, y puede provocar la formación de moho y el desarrollo del olor a humedad.
  7. Presencia de hongos y bacterias. Estos organismos descomponen la materia orgánica presente en la humedad, lo que produce un olor a humedad característico.