Alimentación

Estos son los riesgos para la salud si compras fruta a un vendedor ambulante

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Un vendedor ambulante ofrece cervezas, refrescos y agua en la playa de la Barceloneta.

Un vendedor ambulante ofrece cervezas, refrescos y agua en la playa de la Barceloneta.

Alba Aguilera

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Pasar un día en la playa requiere de una gran preparación que cubra todas las necesidades resultantes de la exposición prolongada al sol y al calor. Pero no siempre acertamos con nuestras elecciones a la hora de escoger la cantidad y tipo de alimentos que nos llevamos para dicha supervivencia, pecando así cuando los vendedores ambulantes nos ofrecen alguno de sus productos.

El problema es que este método de venta de alimentos puede conllevar varios riesgos que muchas personas ignoran o acostumbran a quitarles importancia, poniendo por delante las ganas que tienen de comer un poco de refrescante y saciante fruta, por ejemplo.

Normas para la venta ambulante

Ante esta situación, los expertos de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN), han hablado con EFE para advertir de los diferentes peligros y normativas que deben de tenerse en cuenta. Primero, explica que las ordenanzas municipales son las encargadas de recoger los alimentos y bebidas que consideran aptos para la venta ambulante.

Con relación a este requisito, la AESAN recuerda que algunas zonas de playa tienen prohibido este método de venta. También existen las zonas que tan solo permiten distribuir bebidas envasadas y frutos secos o similares.

Si te lo montas bien, puedes hacer un pícnic en la playa maravilloso.

Si te lo montas bien, puedes hacer un pícnic en la playa maravilloso. / Unsplash

¿Cuándo es seguro comer fruta comprada en la playa?

Lo importante es tener en cuenta la normativa que deben de seguir los vendedores ambulantes respecto a sus alimentos, como mantenerlos a una temperatura adecuada o cumplir ciertos requisitos de higiene al manipularlos.

La AESAN recalca que una manipulación incorrecta podría llevar a la contaminación de bacterias como la Salmonella, la Listeria o la Escherichia coli. Un peligro que puede empeorar si no se ha refrigerado correctamente el alimento, multiplicándose así sus bacterias.

A pesar de que las frutas sean uno de los alimentos más sanos, están igualmente expuestas a estos peligros de tratamiento de producto. Por ello, la AESAN expone la característica más relevante para que se considere seguro consumir frutas cortadas, peladas o en zumo que suelen adquirirse en los puestos ambulantes de las playas: mantenerlas en todo momento a una temperatura igual o inferior a 4 °C.