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Diésel

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Alba Aguilera

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El fraude de emisiones que hace casi una década protagonizó el Grupo Volkswagen sigue dejando consecuencias en la actualidad. Este escándalo, que acabó implicando a otras marcas como Mercedes o BMW, desencadenó un control más riguroso, especialmente en coches diésel.

Los hechos, que tuvieron lugar en septiembre de 2015, instaron a diferentes procedimientos legales en toda Europa. Como la instauración de un protocolo de homologación de emisiones más estricto o el marco normativo que sostiene que "los límites de contaminantes deben cumplirse en cualquier situación de conducción".

Una normativa que a día de hoy sigue detectando problemas, llevando a nuevas indemnizaciones o a procedimientos más complejos, como la posibilidad de desmantelar millones de coches diésel.

Ha sido Volker Wissing, ministro de Transportes alemán, el encargado de remitir una carta a Úrsula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea, avisando de que millones de vehículos con motores diésel podrían ser retirados en toda Europa. ¿El motivo? Que la nueva normativa es tan restrictiva que muchos diésel no superarán las inspecciones, suponiendo una cara reparación que no todo el mundo será capaz de asumir.

¿A quién afecta?

Esta situación afectaría, principalmente, a todas aquellas personas que en su día obtuvieron de buena fe un coche con problemas de emisiones, culpa de la empresa y sus fraudes. Los clientes, desconocedores de la trampa, podrían acabar pagando igualmente las consecuencias.

Asimismo, la Comisión Europea ha enviado una nueva carta como respuesta a Wissing, en la que Thierry Breton, Comisario de Mercado Interior de la Unión, descarta la intención de tomar medidas que "perjudicarían de alguna manera a los ciudadanos que compraron automóviles de buena fe". A lo que añade que las suposiciones de Wissing son "engañosas".

Es decir, aún está por ver si el desmantelamiento acabará o no por darse, pero el aviso está sobre la mesa y la nueva normativa europea tampoco lo desmiente. La cuestión es si encontrarán una solución igualmente respetuosa con el medio ambiente como con las personas engañadas por las empresas que, en su momento, defraudaron al sistema.