El tobogán acuático prohibido a las mujeres: la sorprendente razón médica que rodea a esta polémica viral

Hay muchas cosas surrealistas en esta vida. Tantas que si te dicen que en Austria hay un tobogán acuático prohibido a las mujeres, no te lo crees. Lo cierto es que es real y la polémica se ha desatado después de que la saltadora de trampolín de gran altura más laureada de todos los tiempos, Rhiannan Iffland, publicase un vídeo en TikTok en el que se hace eco de la exclusión. Aun así, la deportista australiana hizo caso omiso a la norma y se tiró por él. Su acción fue aplaudida por la mayoría de sus más de 119.000 seguidores. Además, y como es lógico, una tromba de mujeres reaccionaron de igual manera. Sin embargo, no todo lo irracional es absurdo: la restricción tiene una razón de ser y el precio por saltársela puede ser muy caro. Y no hablamos de dinero, sino de salud.

¿Quién no se ha tirado alguna vez por un tobogán de agua? 'A priori', nada hace prever que implique riesgos y menos todavía que los tenga solo para un género. Por eso, saber choca saber que un parque de aventuras prohíbe su uso a las mujeres. Porque estamos en 2024 y es Austria, no un país de la península arábiga. Tampoco son unas instalaciones cualquiera, sino las más grandes al aire libre del país, así que la reputación está en juego.

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Pese a todo, la exclusión es bien visible en la salida de la rampa. En alemán e inglés, un cartel reza: "Debido al alto riesgo de lesiones, las mujeres no tienen permitido utilizar este tobogán". Si algún usuario no conoce esos idiomas, una señal de prohibición con el pictograma de una mujer es todavía más tajante. Asimismo, otro símbolo recomienda lanzarte con las piernas y los brazos cruzados.

Las redes sociales se posicionan en contra de la restricción

Iffland colgó el vídeo y escribió que "aparentemente, las mujeres no pueden bajar". Aunque la publicación es del pasado 20 de junio, ha sido ahora cuando se ha hecho viral y suma más de 48 millones de reproducciones. "No puedo creer ese símbolo", "veo ninguna razón por la que los hombres sí pueden tirarse por él y las mujeres no" y muchos emoticonos de sorpresa y enfado son algunos de los miles de comentarios en contra de la restricción. Asimismo, el vídeo corrió por otras cuentas y redes sociales dada la polémica, lo que provocó que el quid de la cuestión pasara desapercibido.

Hasta que los expertos han reaccionado al respecto y han explicado que, aunque cueste de creer, la prohibición tiene una razón de ser. Ya lo dice el cartel: por "alto riesgo de lesiones". Además ese peligro elevado hace referencia a dos factores: de posibilidad y de gravedad.

Lesiones vaginales por la presión del agua

Esa medida se fundamenta en razones médicas. Según la Biblioteca Nacional de Medicina de Estados Unidos, la presión del agua a alta velocidad puede causar lesiones graves, en particular en la zona genital y del sistema reproductor femenino, así como infecciones debido a cuerpos extraños presentes en el agua.

Como casi nadie las publicaciones médicas, el popular farmacéutico Álvaro Fernández, que publica vídeos cortos pedagógicos en las redes sociales, ha hecho llegar la advertencia a todos los públicos. "El vídeo original está lleno de comentarios diciendo que lo hizo bien, que si lo hace un hombre, una mujer también. Pero la prohibicion se debe a que al bajar a tanta velocidad se puede colar agua a presión y producir lesiones vaginales graves", reitera.

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Enemas y otros percances

Más claro el agua, nunca mejor dicho. Además, varias usuarias dan fe ello. Una de ellas no es una cualquiera: Molly Carlson, buceadora profesional, amante de los saltos en gran altura y de aventuras varias, reconoce en la publicación de Iffland que tuvo "el peor enema" tras bajar por ese tobogán.

Tampoco importa que se use tampón o copa menstrual para evitar el impacto, como pregunta una mujer. "Lo hice y acabé en urgencias porque el tampón se metió tan a dentro con la presión del tobogán que quedó aplastado y fue doloroso", comparte otra en la publicación de Fernández.

"Las prohibiciones están ahí por algo", recuerda el farmacéutico. No obstante, abre la puerta al debate con una confesión: tiene un amigo que también se tiró por un tobogán acuático "Se le metió el agua por detrás y del efecto enema, ni al baño pudo llegar", relata. "Nos vendría bien unas compuertas para poder cerrar", bromea. Pero la obviedad está ahí: ¿Los orificios anales no entienden de sexo ni género, y están exentos de la prohibición?