Alimentación

Los 3 pescados que recomiendan no consumir bajo ningún concepto: esto dicen los médicos

Los expertos recomiendan priorizar el consumo de pescado de proximidad, con garantía de origen y métodos de producción sostenibles

Pescados a la venta en un mercado.

Pescados a la venta en un mercado.

Alexandra Costa

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La dieta mediterránea es, desde siempre, una de las más saludables, pese a que los españoles han tendido, en los últimos años, a aumentar la ingesta de grasas, azúcares y proteínas animales. Sobre todo a través de la carne, en detrimento del aporte vegetal, tan esencial según los nutricionistas.

Pese a ello, los españoles son de los europeos que más pescados y mariscos consumen, según se desprende de un estudio internacional publicado en 2019 en el que colaboraron investigadores de la Universidad de Murcia.

Estos alimentos aportan altas cantidades de proteínas y nutrientes bajos en grasas saturadas. Una persona que incluya en su dieta una gran variedad de pescados y mariscos contribuye con ello a mejorar su salud cardiaca, y en el caso de los niños, su consumo les ayuda a crecer desarrollarse adecuadamente.

Sin embargo, una nueva llamada de atención resuena en torno a la alimentación saludable: tres especies de pescado provenientes de Asia, África y piscifactorías cuestionadas, encienden las alarmas por su bajo valor nutricional y la presencia de contaminantes.

La tilapia, a pesar de su bajo costo y popularidad, se revela como un pez con escaso aporte nutricional, proveniente en su mayoría de piscifactorías chinas con prácticas poco transparentes. Lejos de ser una opción saludable, expertos recomiendan optar por alternativas como la merluza, con mayor valor nutricional.

El panga, originario de las contaminadas aguas del río Mekong en el sudeste asiático, saltó a la fama por las razones equivocadas. Retirado de las góndolas de Carrefour en 2017 por la preocupación en torno a su procedencia, este pescado arrastra el estigma de provenir de una de las zonas más contaminadas del planeta. Sumado a ello, su bajo contenido en proteínas y ácidos grasos esenciales lo convierten en una alternativa poco recomendable.

Finalmente, la perca del lago Victoria, en África, completa el trío de especies bajo la lupa. Estudios de la OCU revelaron la presencia de pesticidas y mercurio en su carne, aunque dentro de los límites permitidos. A pesar de no representar un riesgo inmediato, la acumulación de estos elementos en el organismo a largo plazo es una preocupación creciente.

Estos tres casos, aparentemente aislados, dibujan un panorama preocupante: la contaminación ambiental y las prácticas de producción intensivas amenazan la calidad de los alimentos que llegan a nuestra mesa.

Expertos recomiendan priorizar el consumo de pescado de proximidad, con garantía de origen y métodos de producción sostenibles.