La DGT avisa: hacer esto con los retrovisores de tu coche puede ser peligroso

En ocasiones, la búsqueda de aparcamiento puede ser una tarea interminable. Dar vueltas y más vueltas esperando que algún vehículo abandone su plaza para poder poner nuestro coche. Y a veces, acabamos en calles bastante estrechas donde el paso del tránsito queda muy cerca del automóvil estacionado. Por eso, es muy típico ver coches con los retrovisores plegados, "no vaya a ser que nos den un golpe".

Esta frase tan típica, advierte la Dirección General de Tráfico, no es una buena práctica en cuanto a seguridad vial. Incluso puede llegar a ser peligroso. Explican los expertos que el hecho de plegar los retrovisores condiciona que los demás conductores se confíen y conduzcan más pegados, sin mantener la distancia de seguridad. Mantenerlos en su posición original ayuda a que esta distancia se mantenga, para evitar rozaduras, arañazos o cualquier tipo de daño que pueda sufrir el coche.

Además, a la hora de volver a subir al coche y ponernos en ruta, si vamos con prisas podemos dejarnos el retrovisor cerrado y puede afectarnos mientras estamos circulando, siendo esto un riesgo para la seguridad vial, junto a la necesidad de volver a graduarlos para que estén en su posición correcta.

Normativa española

La normativa de la DGT establece que el vehículo debe tener como mínimo dos retrovisores, el interior y el exterior izquierdo, con el objetivo de cubrir los ángulos muertos del conductor.

Así que es cierto que puede dar un poco de reparo dejarlos abiertos en una calle estrecha y con mucho tránsito, pero puede ser un buen ejercicio de concentración para respetar las distancias con los demás coches.