Ya ha llegado el otoño meteorológico, pero no el astronómico: ¿qué quiere decir?

Con la llegada del mes de septiembre, damos la bienvenida a una nueva estación meteorológica (o climática), pero no una estación astronómica, que no llegará hasta finales de mes. ¿Qué quiere decir esto? Pues bien, las estaciones astronómicas están directamente relacionadas con los equinoccios y los solsticios (la posición del sol), mientras que las estaciones meteorológicas o climáticas se agrupan en etapas de tres meses naturales, es decir, del 1 al 30 o 31. O 28 o 29, en el caso de febrero.

Estos primeros días de septiembre muchos hablan de la llegada del otoño, aunque todavía no haya empezado de forma oficial. Pero lo cierto es que no van del todo errados, ya que, si hablamos de otoño meteorológico, este va del 1 de septiembre al 30 de noviembre. Lo mismo ocurre con el invierno meteorológico o climático, que empieza el 1 de diciembre y se alarga hasta finales de febrero. En marzo, abril y mayo hablaríamos de primavera meteorológica, y en junio, julio y agosto, de verano climático o meteorológico.

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Estos periodos se establecen debido a la similitud de temperatura, humedad relativa y precipitaciones, entre muchos otros factores, que todos los meses de cada etapa tienen en común. De esta forma, las estaciones meteorológicas permiten recoger datos y compararlos año tras año para así obtener estadísticas.

¿Y el otoño astronómico?

Oficialmente, el otoño de 2024 no llegará hasta el próximo 22 de septiembre, un día antes que en 2023. El denominado otoño astronómico se inicia este día siguiendo la inclinación del eje de rotación de la Tierra y su movimiento y posición alrededor del sol.

Mediante este criterio, se fijan los días en los que se inician las estaciones astronómicas. Entre el inicio de una estación meteorológica y una estación astronómica suele haber una diferencia aproximada de unos 21 o 22 días.