Cambio de paradigma meteorológico

Llega ‘La Niña’: España sufrirá sus efectos

Aunque el calentamiento global complica las cosas, cuando acaba el Niño llega la Niña

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Los fenómenos del Niño y de la Niña son cíclicos y siempre uno después de otro. Se podría decir que van de la mano.

Los fenómenos del Niño y de la Niña son cíclicos y siempre uno después de otro. Se podría decir que van de la mano. / Montaje: D. S. M

David Sánchez Marín

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El fenómeno meteorológico La Niña regresa al planeta y traerá un enfriamiento de las temperaturas generalizadas. Pero el impacto de este enfriamiento podría ser en promedio muy débil, según advierten los climatólogos. Las emisiones de gases de efecto invernadero han contribuido a aumentar las temperaturas una media de 1,2°C en comparación con las mediciones de finales del siglo XIX.

El calentamiento global hará que los efectos del Niño se vean potenciados y, por tanto, el verano será más caluroso. Después del verano la Organización Meteorológica Mundial (OMM) pronostica un cambio de ciclo a temperaturas más frías. La Niña se espera que aparezca a inicios de otoño.

Temperaturas récord

El año pasado se llegaron a romper récords de calor debido a la combinación del periodo de calor del Niño y el calentamiento global. Este verano parece que el ciclo del Niño está acabando y se pronostica la llegada del fenómeno meteorológico La Niña para otoño.

Se esperaba que el cambio de ciclo daría un respiro a la elevada media de temperaturas registradas, pero en realidad el calentamiento global hará que no bajen tanto las temperaturas.

Anomalía negativa que muestra la formación de La Niña en el Pacífico ecuatorial el día 3 de junio.

Anomalía negativa que muestra la formación de La Niña en el Pacífico ecuatorial el día 3 de junio. / ElTiempo.es / Mapa: NOAA

El Niño: calor y humedad

El Niño se refiere al fenómeno cíclico de calentamiento del agua en el centro y el este del océano Pacífico tropical, que influye en las precipitaciones, los vientos y las corrientes oceánicas, y hace subir el promedio de las temperaturas mundiales. Ocurre cada dos a siete años y generalmente dura de nueve a doce meses. El último El Niño, que comenzó en junio de 2023, se encuentra entre los cinco más intensos jamás registrados, según la Organización Meteorológica Mundial (OMM).

En condiciones normales, los vientos alisios sobre el Pacífico soplan hacia el oeste a lo largo del ecuador, llevando las aguas cálidas de Sudamérica hacia Asia. Para reemplazarlas, el agua fría asciende desde las profundidades. Pero durante El Niño, estos vientos alisios se debilitan y el agua caliente regresa hacia América, alimentando un calentamiento adicional de la atmósfera y el desplazamiento de la corriente en chorro del Pacífico (o 'jet stream', que son vientos poderosos situados a la altura donde vuelan los aviones) hacia el sur. Este desplazamiento de la corriente en chorro generalmente provoca un clima más seco en el Sudeste Asiático, Australia, Sudáfrica y la región septentrional de Sudamérica y, por el contrario, provoca condiciones mucho más húmedas en el Cuerno de África y el sur de Estados Unidos.

La Niña: frío y precipitaciones

El fenómeno La Niña se traduce en un enfriamiento del océano Pacífico oriental durante un periodo de aproximadamente uno a tres años, produciendo los efectos inversos de El Niño en el clima mundial.

La Niña provoca condiciones generalmente más húmedas en algunas regiones de Australia, el Sudeste Asiático, India, el sudeste de África y el norte de Brasil, pero condiciones más secas en algunas regiones de Sudamérica.

Uno de los indicios más claros de llegada de La Niña es la intensificación de los huracanes y las tormentas tropicales en el Atlántico, al afectar el comportamiento de los vientos en esta parte del planeta.

La agencia estadounidense NOAA anticipa una temporada 2024 excepcional, con entre cuatro y siete huracanes de categoría 3 o superior.

Dos situaciones opuestas. El Niño (arriba) con agua más cálida de lo normal en el Pacífico ecuatorial y La Niña con agua más fría. Las circulaciones atmosféricas se invierten y las señales globales de impacto cambia.

Dos situaciones opuestas. El Niño (arriba) con agua más cálida de lo normal en el Pacífico ecuatorial y La Niña con agua más fría. Las circulaciones atmosféricas se invierten y las señales globales de impacto cambia. / ElTiempo.es / Gráfico: NOAA

Verano neutro

Aunque El Niño se ha atenuado, los primeros cuatro meses de 2024 han continuado rompiendo récords de calor, lo cual no es una sorpresa, ya que su ciclo generalmente hace subir las temperaturas el año siguiente a su aparición. El Enos no funciona "como un interruptor", explica Michelle L'Heureux. "Se necesita un tiempo para que la circulación atmosférica mundial se adapte".

Los pronósticos de la OMM ven que la probabilidad de que se den las condiciones típicas de La Niña aumenta hasta el 60% para los meses de julio a septiembre, y hasta el 70% para el periodo de agosto a noviembre. En cambio, la probabilidad de que vuelva a formarse un episodio de El Niño es mínima.

Cambio climático

El cambio climático influye en el ciclo Enos, pero su efecto aún es incierto, explica Michelle L'Heureux, especialista del fenómeno en la agencia meteorológica estadounidense NOAA. Las condiciones más secas o más húmedas provocadas por el Enos "pueden amplificarse" debido al calentamiento global, explica. En todo caso, ese aumento de las temperaturas mundiales sirve como una "ventana al futuro" del cambio climático: "Al dar un impulso temporal, el Enos ofrece un vistazo de cómo es un mundo más cálido", cuenta la meteoróloga.

"El planeta se está calentando y el Enos solo juega un papel secundario", insiste Michelle L'Heureux. "Incluso con el posible desarrollo de La Niña a partir de este año, todavía esperamos que 2024 se sitúe entre los cinco años más calurosos jamás medidos", asegura.