Manolo Santana, campeón y pionero del tenis, fallece a los 83 años

"Un hombre con suerte". Así quería Manuel Santana que se le conociera y recordara. Lo decía siempre que se le preguntaba por el resumen su vida. Y podría decirse que la tuvo recordando, tras su fallecimiento este sábado en Marbella a los 83 años, su gran carrera deportiva, con cuatro Grand Slams y éxitos en la Copa Davis. Pero también sería justo decir que esa suerte la buscó desde el día que pisó por primera vez una pista de tenis para hacer de recogepelotas en el modesto Club de Tenis Velázquez de Madrid, a los 10 años, dispuesto a ayudar con las propinas que le daban los socios del club a su madre, Mercedes Martínez, viuda de Braulio Santana, encarcelado tras la guerra civil española y muerto a poco de salir de prisión. "Fue triste lo de su padre, pero en la guerra a veces pagan justos por pecadores", le dijo Francisco Franco en una recepción como disculpa.

Nunca guardó rencor por esa trágica historia. Al contrario, Santana se convirtió en la imagen del régimen del Dictador, al que llegó a enseñarle a jugar al tenis en la pista que tenía en El Pardo. Santana encontró su camino luchando con una raqueta en la mano. Aprendió a jugar de aquellos a quienes recogía bolas. Se convirtió pronto en un tenista destacado en el que brillaba su golpe de derecha y "una mano única" con el lob y la dejada con los que sorprendía y destrozaba a sus rivales. Era pillo en la pista.

No tardó en convertirse en un jugador destacado en Madrid, de donde fue fichado por el Reial Club de Tennis Barcelona, cuna del tenis español para jugar el campeonato de España de clubs, a cambio de una ayuda económica para su familia. Era a finales de los años 50 y entonces, el tenis, era un deporte de 'señoritos', del que poco se sabía y hablaba.

“Fue mi hermano”, dice Arilla

“Fue el pionero del tenis en España. Él lo hizo popular. Ha sido un gran campeón y el deporte español le debe mucho. Era un hermano para mí”, dice Lis Arilla a EL PERIÓDICO DE CATALUNYA, apenas minutos después de enterarse del fallecimiento de su amigo y compañero en la pista.

De la mano de Santana, el tenis comenzó a darse a conocer cuándo ganó su primer Roland Garros en 1961, entonces aún separado entre aficionados y profesionales. Era el primer Grand Slam que ganaba un tenista español. Repetiría título en París en 1964 y ganaría en Forest Hill, sobre hierba, el Abierto de Estados Unidos en 1965, pero el gran ‘boom’ lo protagonizó junto a Arilla, Juan Manuel Couder y Joan Gisbert, de la mano del eterno capitán Jaume Bartrolí, cuando llevaron a España a luchar por la Ensaladera en 1965 la primera final de la Challenge Round (repetirían en 1967, ya con Manuel Orantes en el equipo) , en Sydney ante la poderosa e invencible Australia de Roy Emerson, Fred Stolle, John Newcombe y Toni Roche que se impusieron por 4-1.

Santana logró la única victoria española ante Emerson, entonces número 1 mundial, en un partido, con la eliminatoria decidida, que ganó por 2-6, 6-3, 6-4 y 15-13. "Nadie peleó aquí, en estos últimos años, como vosotros. Podéis volver a casa con la cabeza bien alta", le dijo Emerson según publicaba el periodista Josep Maria Ducamp en su crónica de 'Dicen', como enviado especial. 

Fichado por el Madrid

En esa final, el entonces presidente del Real Madrid, Santiago Bernabéu, que acudió con su mujer hasta Australia, anunció el 'fichaje' de Santana por el club blanco, que creó una sección de tenis para él. Santana pudo lucir un año después en la central de Wimbledon el escudo en su camiseta, cuando se convirtió en el primer español en conquistar el título en el All England Tennis Club de Londres ante el estadounidense Dennis Ralston y ser el único aparecer en el palmarés del club británico hasta que Rafael Nadal ganó en 2008, ya con Santana celebrándolo en el palco de la catedral del tenis.

Pudo pasarse al circuito profesional, como hizo Andrés Gimeno, también fallecido, pero Juan Antonio Samaranch le convenció para seguir en el campo amateur por tres millones de pesetas, que cubrió la Delegación Nacional de Deportes. "Con él y Andreu en el equipo, España no habría tardado tanto en conquistar la Ensaladera", aseguraba Arilla.

Las victorias de Santana hicieron posible que el tenis empezara a popularizarse, se agotaran las raquetas y que se multiplicaran las pistas y los clubs de tenis en el país. Ganó 72 títulos y se retiró de las pistas en 1978.

"Mil gracias por lo que hiciste por nuestro país y por marcar el camino de tantos. Siempre fuiste un referente, un amigo y una persona cercana a todos. Te echaremos de menos Manolo; serás siempre único y especial. Nunca te olvidaremos!", publicaba en las redes sociales Rafael Nadal, tras conocer su fallecimiento. 

Última aparición

Apenas hace unas semanas, en un homenaje de la Federación Española de Tenis a todos sus campeones, en Madrid, aprovechando la celebración de la Copa Davis, Santana ya no pudo acudir al encuentro con sus amigos y tenistas que lo tuvieron de amigo, compañero, capitán del equipo y director del Masters 1.000 de Madrid, del que fue nombrado presidente honorífico el año pasado, después de haber sido el alma del torneo desde que, el extenista y rival en la pista, el rumano Ion Tiriac, se lo propuso cuando trasladó el torneo a Madrid.

Santana había cumplido los 83 años el pasado mes de mayo, pero su estado de salud ya era precario, aunque el tenista apareció públicamente por última vez en la presentación del torneo madrileño. "Manolo está muy bien y ha venido como siempre, como luchador que es", decía entonces su actual mujer, la colombiana Claudia Rodríguez.

Santana, un hombre de suerte, como decía que se sentía, se ha marchado dejando un legado que se ha transmitido de generación en generación en el tenis español los últimos 50 años.

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