Los héroes de la Copa Davis del 2000 se reencuentran

A las 16.53 horas, Juan Carlos Ferrero golpeó el 'passing shot' paralelo con el que desbordó la subida a la red de Lleyton Hewitt y que daba la primera Copa Davis a España. Era el año 2000, hace justamente 15. Un golpe que hizó explotar la caldera del Palau Sant Jordi, a los 20.000 aficionados que llenaban el pabellón olímpico, presidido entonces por el rey Juan Carlos y la reina Sofia. La asignatura pendiente del tenis español, desde que unos valientes disputaron en 1965 y 1967 en Australia la Challenge Round, quedaba cerrada con ese revés de jugador más jóven del equipo español, formado además por Àlex Corretja, Albert Costa y Joan Balcells. Los 'cuatro mosqueteros' que consiguieron levantar sobre sus hombros la ansiada ensaladera perseguida durante muchos años y que solo rozaron 35 años atrás, sin poder llevarla a España, Manuel Santana, Joan Gisbert, José Luis Arilla, Juan Manuel Couder y, dos años después (1967) el joven Manuel Orantes.

Y este jueves, 10 de diciembre del 2015, 15 años después de ese éxito, aquellos jóvenes campeones, con más canas en su pelo, se reunieron en Barcelona para celebrar la victoria ante Australia (3-1) que le dio un impuso al tenis español con los mayores éxitos, protagonizados por ellos mismos, y otros más entre los que estaban Fèlix Mantilla, Carlos Moyà (ausente ese año por una lesión en la espalda, pero que después ganaría la segunda el 2004, en Sevilla), con un Rafael Nadal que iniciaba su espectacular carrera y que en el Sant Jordi fue el abanderado del equipo y que a sus 14 años miraba atónito a esos campeones que le parecían superhéroes.

ALGO "MÁGICO"

"No podía ni imaginar la importancia de esa victoria, de ese punto que nos dio la ensaladera. Solo entré a la pista con la obsesión de ganar el partido, muy concentrado. Ha sido años después que valoro lo que conseguimos", recuerda Ferrero, que viajó expresamente desde Valencia para estar en la celebración junto a sus compañeros, acompañado por su entrenador Antonio Marínez Cascales. "Fue algo increíble, mágico. Lo cierto es que antes de jugar esa final estábamos todos asustados. La presión era muy grande y éramos muy jóvenes", recuerda Albert Costa que luego triunfaría en Roland Garros y que conquistaría dos Copas Davis más como capitán. "Fue el trabajo de un equipo con una gran ilusión. Todos nos comprometimos desde la primera eliminatoria", explica Corretja, entonces número 1 del equipo, que solo jugó el doble de esa final junto a Balcells. "Ganamos a una gran pareja australiana. El público nos llevó en volandas. Me emociono cada vez que veo esas imágenes", recuerda este último.

Junto a ellos Agustí Pujol, el presidente de la federación entonces, que ha ha acudido al acto en el restaurante Ilodi en la villa olímpica del Vall d'Hebron, con los responsables organizativos de esa final de la federación, se atrevió a nombrar como capitanes de aquella eliminatoria al llamado G4, el grupo de entrenadores de los jugadores que lo formaron Javier Duarte (capitán en la silla), Josep Perlas, Jordi Vilaró y Juan Bautista Avendaño.

España ha conseguido otras cuatro ensaladeras después, pero todos ellos tienen el honor de haber ganado la primera. "La que más ansíabamos", recalca Corretja.