Ciencia y sociedad

Se estrecha el cerco judicial a la inacción climática de los gobiernos

La crisis planetaria se enreda cada vez más en los tribunales no solo por los riesgos sobre la biodiversidad, sino también por los derechos humanos.

Aspecto de la sala de la Corte Internacional de Justicia.

Aspecto de la sala de la Corte Internacional de Justicia. / Fundación Embajada Abierta.

Redacción T21

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La Corte Internacional de Justicia abre en diciembre unas audiencias históricas sobre las obligaciones de los Estados con la gestión del cambio climático. Sus resoluciones no serán vinculantes, pero estrechan el cerco judicial sobre la inacción ambiental de los gobiernos.

La Corte Internacional de Justicia (CIJ), el máximo tribunal de las Naciones Unidas, ha fijado el 2 de diciembre de 2024 como fecha de inicio para las audiencias públicas en un caso histórico sobre las obligaciones de los Estados en relación con el cambio climático.

Esta solicitud de opinión consultiva fue remitida a la CIJ por la Asamblea General de la ONU el año pasado, tras una iniciativa liderada por Vanuatu (un país insular localizado en el océano Pacífico Sur) y respaldada por más de 130 países.

El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó entonces su esperanza de que la opinión resultante inspire a las naciones a emprender "acciones climáticas más robustas y decisivas que nuestro planeta necesita urgentemente".

Dictamen en 2025

El tribunal ya ha recibido comentarios escritos de 62 naciones y organizaciones, incluida la UE, el Reino Unido, Estados Unidos y Brasil, con respecto al caso. Estas presentaciones permanecerán confidenciales hasta el inicio de las audiencias, momento en el que la Corte podría hacerlas públicas.

Todavía no está claro cuántos países y organizaciones intentarán hablar en las audiencias públicas ni cuánto tiempo durarán. Una vez que concluyan, los jueces probablemente tardarán meses en considerar todos los argumentos legales y se espera que emitan sus opiniones en algún momento de 2025.

Cuestiones clave a abordar

Un panel de 15 jueces de diversos países examinará dos preguntas fundamentales:

1. ¿Cuáles son las obligaciones de los Estados bajo el derecho internacional para proteger el clima y el medio ambiente de las emisiones de gases de efecto invernadero causadas por el hombre?

2. ¿Cuáles son las consecuencias legales para los gobiernos cuyas acciones o inacciones han causado daños significativos al clima y al medio ambiente? Esta pregunta hace especial énfasis en los Estados insulares pequeños y otros países particularmente vulnerables a los impactos del cambio climático.

Aunque las opiniones consultivas de la CIJ no son vinculantes, tienen un peso moral y legal significativo. Se espera que esta opinión proporcione una guía crucial para futuras acciones y políticas climáticas a nivel global, potencialmente influyendo en cómo los países abordan sus responsabilidades en la lucha contra el cambio climático.

Perspectiva legal

El anuncio de estas audiencias marca un hito importante en los esfuerzos internacionales para abordar la crisis climática desde una perspectiva legal y de derechos humanos.

El caso en la corte mundial sigue a una serie de fallos de otros jueces y tribunales de todo el mundo que piden a los gobiernos hacer más para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Niños y jóvenes han sido protagonistas de algunas de estas demandas.

En mayo de este año, un tribunal de las Naciones Unidas sobre derecho marítimo afirmó asimismo que las emisiones de carbono constituyen contaminación marina y que los países deben tomar medidas para mitigar y adaptarse a sus efectos adversos.

Cuestión de derechos humanos

Ese fallo se produjo un mes después de que el tribunal de derechos humanos más importante de Europa sentenciara que los países deben proteger mejor a sus pueblos de las consecuencias del cambio climático, en una sentencia histórica que podría tener implicaciones en todo el continente.

La crisis climática se enreda cada vez más en las marañas judiciales no solo por los riesgos sobre la diversidad y la vida en el planeta, sino también porque afecta de lleno al respeto a los derechos humanos.

Algo está cambiando.