Astronomía

Este verano podemos ver el mayor espectáculo celeste de una vida humana

Una luz que ha estado viajando hacia la Tierra durante 2.600 años será visible durante una semana entre ahora y septiembre de 2024

Representación artística del sistema estelar T Coronae Borealis con una estrella gigante roja y una enana blanca.

Representación artística del sistema estelar T Coronae Borealis con una estrella gigante roja y una enana blanca. / Nasa Goddard Space Flight Center/PA

Redacción T21

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Antes de que finalice el verano podremos ver en el cielo una explosión estelar cuya luz ha estado viajando hacia la Tierra durante unos 2,600 años. La vimos por última vez en 1946 y no será visible de nuevo hasta 2104.

La estrella conocida como la "Estrella Blaze", está en el centro de atención de la comunidad astronómica mundial.

Este evento, que se espera ocurra entre verano, es una explosión estelar que hará que la estrella sea visible a simple vista desde la Tierra.

La luz de la explosión que estamos a punto de presenciar ha estado viajando hacia la Tierra durante unos 2.600 años. Ahora solo le quedan semanas o incluso días antes de que complete su viaje y podamos verla.

El fenómeno astronómico que involucra a la estrella T Coronae Borealis, conocida como la "Estrella Blaze", está capturando la atención de astrónomos y entusiastas del cielo en todo el mundo.

A casi 3.000 años luz de la Tierra

Este evento, considerado como una oportunidad única en la vida, se espera que ocurra entre ahora y septiembre de 2024, cuando la estrella se vuelva visible a simple vista debido a una explosión termonuclear en su superficie. La luz de la explosión ha estado viajando hacia la Tierra durante unos 2.600 años, aproximadamente.

T Coronae Borealis es una nova recurrente situada en la constelación de Corona Borealis, a casi 3.000 años luz de distancia de la Tierra. Las novas recurrentes son sistemas estelares binarios en los que una enana blanca y una estrella gigante roja orbitan mutuamente.

En este sistema, la enana blanca extrae material, principalmente hidrógeno, de su compañera gigante roja. Con el tiempo, este hidrógeno se acumula en la superficie de la enana blanca, aumentando la presión y la temperatura hasta que se produce una explosión termonuclear.

Cada 80 años

T Coronae Borealis ha experimentado explosiones visibles en el pasado, notablemente en 1866 y 1946. Estos eventos hicieron que la estrella brillara intensamente en el cielo nocturno, convirtiéndose en un objeto de interés tanto para astrónomos profesionales como para aficionados.

La explosión de 1946 fue la última vez que la estrella fue visible a simple vista, y desde entonces, ha permanecido en un estado más tranquilo.

Para observar este espectáculo celestial, se recomienda buscar un lugar oscuro y alejado de las luces urbanas. Aunque la estrella aún no es visible, se espera que su brillo aumente significativamente, alcanzando una magnitud similar a la de Polaris, la estrella del norte.

Se sugiere el uso de binoculares para una mejor visualización y aplicaciones de mapas estelares para localizar la constelación Corona Borealis, donde se encuentra la estrella, como el que ha ofrecido la NASA.

Mapa para encontrar a Hércules y la “Corona Boreal” en el cielo nocturno. Mire hacia arriba después del atardecer durante los meses de verano para encontrar a Hércules, luego escanee entre Vega y Arturo, donde se puede identificar el patrón distintivo de la Corona Boreal.

Mapa para encontrar a Hércules y la “Corona Boreal” en el cielo nocturno. Mire hacia arriba después del atardecer durante los meses de verano para encontrar a Hércules, luego escanee entre Vega y Arturo, donde se puede identificar el patrón distintivo de la Corona Boreal. / NASA.

La posibilidad de observar un evento tan raro y espectacular desde el patio trasero de casa puede inspirar a nuevas generaciones de astrónomos y fomentar una mayor apreciación del universo, esperan los científicos.

Importancia Científica

Este evento ofrece una oportunidad única para el estudio científico. Se emplearán tecnologías avanzadas, como el Telescopio Espacial James Webb y el Telescopio Espacial de Rayos Gamma Fermi de la NASA, para observar y analizar el fenómeno en diversas longitudes de onda.

Estos datos permitirán a los científicos analizar la composición química de la explosión, la velocidad de expansión de los gases y otros aspectos físicos del fenómeno.

Todo un espectáculo celeste nos espera en lo que queda de verano.