Ciencias Planetarias / Astrobiología

Venus albergaría alguna forma de vida

La presencia de los gases detectados no podría explicarse fácilmente por fenómenos atmosféricos o geológicos conocidos

Vista de Venus obtenida por la nave espacial Mariner 10 de la NASA, un planeta del tamaño de la Tierra envuelto en una densa capa de nubes.

Vista de Venus obtenida por la nave espacial Mariner 10 de la NASA, un planeta del tamaño de la Tierra envuelto en una densa capa de nubes. / Créditos: NASA/JPL-Caltech.

Pablo Javier Piacente

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Dos nuevas investigaciones han detectado por separado evidencia de fosfina y amoníaco, posibles biomarcadores en las nubes de Venus. Los signos de estos dos gases en la espesa capa global de nubes de Venus podrían indicar la presencia de alguna forma de vida microbiana, en un planeta cuya superficie alcanza una temperatura de 450°C.

Las recientes presentaciones de dos equipos científicos en la Reunión Nacional de Astronomía en la Universidad de Hull, en Reino Unido, renuevan la discusión en torno a la existencia de alguna forma de vida microbiana en Venus, el “gemelo maldito” de nuestro planeta. Un grupo de investigadores liderado por el Dr. Dave Clements, del Imperial College de Londres, indicó haber descubierto evidencias de la presencia de fosfina en las nubes de Venus, mientras que el equipo conducido por la profesora Jane Greaves, de la Universidad de Cardiff, detectó fuertes indicios de amoníaco.

Nuevos indicios

La fosfina ya se había identificado previamente en Venus en 2020, y aunque en principio el hallazgo parecía tener destino de certeza, posteriormente fue puesto en duda por otras investigaciones. Ahora, los datos obtenidos por Clements vuelven a darle fuerza a esta posibilidad, que podría indicar además la existencia de vida microbiana en las nubes del “planeta infernal”.

La superficie de Venus alcanza una temperatura de 450°C, suficiente como para fundir plomo y zinc, en tanto que la presión atmosférica es 90 veces mayor que aquella que se experimenta en la superficie terrestre. También existen nubes de ácido sulfúrico, completando un escenario nada propicio para la vida. Sin embargo, a unos 50 kilómetros sobre la superficie, la temperatura y la presión son más similares a las condiciones que pueden hallarse en la Tierra. Potencialmente, microbios muy resistentes podrían desarrollarse en ese contexto.

Como en la Tierra el gas fosfina es producido por microbios en ambientes privados de oxígeno y otras fuentes como la actividad volcánica tienden a ser muy ineficientes, en los planetas rocosos la presencia de este gas se considera un marcador de vida. A pesar de esto, su presencia no puede considerarse una prueba irrefutable de vida hasta tanto no se descarten las fuentes no biológicas.

Las últimas observaciones de Clements y sus colegas con el telescopio James Clerk Maxwell (JCMT) permitieron rastrear la firma de fosfina a lo largo del tiempo: los científicos lograron fortalecer la evidencia de la presencia del gas y descubrieron además que su detección parecía seguir el ciclo día-noche del planeta.  

Vida en ascenso: ¿microbios en las nubes de Venus?

"Si Venus pasó por una fase cálida y húmeda en el pasado, cuando el calentamiento global descontrolado entró en vigor y generó las condiciones actuales, es posible que la vida haya evolucionado para sobrevivir en el único nicho que le quedaba: las nubes", indicó Clements según un artículo de The Guardian.

Por otra parte, el equipo liderado por Jane Greaves encontró fuertes indicios de amoníaco en las nubes de Venus. Este gas también está asociado con la vida en la Tierra, ya que es producido por bacterias que metabolizan el nitrógeno. Al mismo tiempo, está vinculado a múltiples procesos industriales.

Según un artículo publicado en Interesting Engineering, Greaves y Clements coincidieron en que se necesitan observaciones de seguimiento para la confirmación de ambos hallazgos. Y aunque la identificación de estos biomarcadores no puede considerarse aún una prueba de vida, los especialistas sugieren que es muy difícil explicar la presencia de estos gases en las nubes de Venus por procesos geológicos o atmosféricos.