Instagramers vendehumos

Abres la app de Instagram y tras la tercera publicación te aparece, por parte de alguien a quien no sigues, un vídeo publicitario disfrazado de consejo: “¿Qué haces ahí, en el sofá? Sal de tu zona de confort. Deja esa vida de mierda que tienes y llévala al más alto nivel”. Y siguen: “Qué pocas luces tienes para no llevarte los 30.000 euros al mes”, aunque ahora lo llaman 30 K. 

Y continúan: “Estoy convencido de que si no tienes un ‘Lambo’ es porque no quieres” (‘Lambo’ como acrónimo de la marca Lamborghini, colocando en la misma caja los conceptos: lambo, solvencia económica y felicidad.

“Aunque no tengas ni una idea de producto, ni tengas nada que vender, tranquilamente sentado en tu casa, o allá donde quieras, gana fácilmente 10.000 euros al mes”. La sensación que tienes de ser un idiota si no haces lo que te dicen te recorre el cuerpo peligrosamente, con lo que conviene ser fuerte.

Así que señoras y señores, les presento a los nuevos vendedores digitales. Jamás pensé que para vender un producto alguien me insultaría, pero es la nueva moda. Los expertos en márketing lo llaman ‘venta agresiva’; yo lo llamo mala educación, o malas artes y puestos a ser agresivos, lo llamo “¡de qué vas!”.

En otra ocasión te aparecerá un tío de unos 70 años, que al verlo ya presientes que este hombre más que atlético está desnutrido… Lleva coleta, va en camiseta de tirantes y hace gimnasia en el comedor de su casa con la ayuda de una silla. “Haz como yo: si no bajas 10 kilos en un mes, tienes mal futuro”, te dicen. Y uno piensa: “Enrique, deja la silla y cómete un buen cocido que no llegas a fiestas”.

Todo te lo ofrecen bajo esa gran mentira que genera el verbo ayudar. No te conocen de nada, y desean ayudarte porque, según ellos, así son felices. Servidor ignoraba la aparición de estos nuevos mesías del siglo XXI que han venido a ayudar a la humanidad… siempre y cuando hagas ‘click’, claro.

Vocalizan poco, hablan rápido, y la ortografía ni la comento. Compruebas que la mitad de sus seguidores son falsos. Es igual. Son auténticos miserables que se pasan la cultura del esfuerzo por el forro de sus calzoncillos y que creen que el mundo gira a su alrededor.

Si les envías un privado preguntando alguna cuestión incómoda, te remiten a la Inteligencia Artificial como solución a todas tus dudas. 

Como dicen ellos: a mí sí que me explota la cabeza al comprobar el progresivo auge de semejante estulticia.