Dice adiós a Pasapalabra: cae en la silla azul por "vanidoso"

La tarde que Manu ha comenzado en Pasapalabra con un susto ha terminado devolviéndole a la senda de la victoria y al color naranja de ganador en El Rosco. En el próximo programa, podrá evitar así los apuros que ha pasado en la Silla Azul, cuando ha cometido el primer fallo de la prueba y ha tenido que resistir esas bolas de partido para seguir en Pasapalabra.

De la misma manera, se puede decir que en El Rosco lo importante no es cómo se empieza, sino cómo se termina. Porque Manu ha comenzado pasando en la letra A. Después, ha reaccionado con un gran turno de ocho respuestas.

Sin embargo, ha sido Nacho quien ha llevado la voz cantante durante la primera vuelta. Poco a poco, se ha ido distanciando hasta llegar a los 20 aciertos al responder la Z. Iba lanzado hasta que, justo al empezar la segunda ronda, le ha frenado la C al confundir el “cristalino” con la “córnea”. “Tenía la duda entre las dos”, ha reconocido.

Tras este tropiezo, el extremeño ha conseguido alcanzar los 22 aciertos y ha optado por plantarse. Sabía que su letra en rojo podía ser decisiva, a pesar de que Manu necesitaba nueve respuestas correctas para empatar. Finalmente, no ha sido realmente la clave del desenlace porque el madrileño incluso le ha superado al llegar a 23 aciertos. Viéndose a dos del bote de 580.000 euros y sin nada que perder, ha intentado la gesta. 

Lo que ha ocurruido en la Silla Azul

Manu ha tenido que pasar de nuevo por la prueba de la Silla Azul tras su derrota en el pasado Rosco. Nacho le sorprendió con un acierto en el último segundo cuando todo apuntaba a un empate y la remontada terminó siéndole imposible.

Tras esa derrota, el susto ha sido mayor en la Silla Azul ante Iván cuando se ha visto con un pie fuera de Pasapalabra. El madrileño ha cometido el primer error de la prueba al verse sorprendido por una pregunta para la que no encontraba respuesta. Ha relacionada a la “persona que se siente orgullosa de sus méritos o cualidades y tiene un deseo excesivo de reconocimiento” con la vehemencia…, demostrando que él es poco “vanidoso”.