Pues Pablo Motos no ha muerto

La promoción de la muerte de Pablo Motos, a la que se prestó Vicente Vallés, fue una muy buena idea. Anoche vimos a un Pablo en plena forma, aportando como es tradición, un cortometraje que incorporaba cameos de los principales invitados que pasaron durante 'El Hormiguero' la pasada temporada. 

Aquí regalo mi aplauso al guionista, al realizador y especialmente al productor del corto que le tiene que decir al mánager de cada invitado premium: “Verás, es que en el primer programa de la temporada emitimos un corto con intervenciones de los invitados. ¿Nos lo puedes dejar cinco minutos y lo llevamos a un chroma para que diga esta frase?”.

Créanme que sé de qué hablo: eso no es nada fácil. Y de paso aprovecho para aplaudir al productor de 'Epílogo', aquel mítico espacio de Movistar Plus que se emitía tras la muerte del invitado, pero que previamente había que convencer para que hablara antes de su muerte y emitirlo tras su defunción. Un marronaco. Y un gran mérito.

Sobre el título, todos seguiremos hablando de Motos, Broncano y Latre. Así, sin nombre de pila, verificando la fuerza de la marca personal, porque aunque 'El hormiguero' está compradísimo, muchos preguntarán “¿Viste anoche al Nadal con el Motos?”. Normal. 'La revuelta' y 'Babylon' pueden tardar años en instalarse en el imaginario colectivo.

Como título de programa servidor los hubiera bautizado, “Latre” y “Broncano”. Hace años Andreu Buenafuente bautizó su programa en La Sexta con su propio apellido y no le fue nada mal. Claro que, aparte del talento de los jefes, destaco los equipos: las incansables hormigas (un osteópata para Juan y Damián, por favor), la solvencia de Marta Torné, descubrimientos como Fabiolo y Carla Pulpón, y un ángel llamado Leonor Lavado… Y mientras, espero las novedades de 'La Revuelta'.

Anoche Motos y Nadal nos ofrecieron un partido de tenis que curiosamente acabó en tablas. Últimamente está muy de moda criticar a ambos. “Están acabados, no son lo que eran, se les ve pasados de moda”… No lo entiendo. Qué diferente es la cultura americana donde la experiencia es un valor que suma respeto y admiración. Muchos de los que rajan de Rafa Nadal la única raqueta que han tocado en su vida es un matamoscas. Y lo propio con el presentador valenciano: sentados en el sofá de casa y con el móvil en la mano resulta gratis opinar por parte de quien jamás ha visto una escaleta.