Arianna Aragón, la hijastra de Sobera, debuta en 'First dates hotel': "He hecho 'casting' como todo el mundo"

Después de la experiencia de 'First dates: crucero', el veterano programa de citas vuelve a salir de su habitual restaurante en 'First dates hotel', que propone encuentros en un lujoso alojamiento de la costa alicantina. Este 'spin-off', que Telecinco estrena este martes 23 de julio (22.50 horas), cuenta con parte del equipo original (Carlos Sobera y el regreso de Lídia Torrent), pero incorpora unos cuantos fichajes. Entre ellos, Arianna Aragón, la hija de la mujer de Sobera, como camarera. A sus 25 años, la joven perteneciente a un clan con solera en el mundo del espectáculo (es hija de Rody Aragón y nieta del mítico payaso Fofó) repite en la misma cadena en la que debutó como azafata en el 'revival' de 'El precio justo'.

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¿Cómo valora su experiencia como novata en un programa ya veterano?

Ha sido superdivertido, aunque el primer día estábamos todos en los ensayos pendientes de las posiciones y de las 70 cámaras. Además, me considero una persona un poco torpe y decía: ¡madre mía, a lo mejor tiro algo! Y: ¿qué les digo? ¿qué hago? Pero luego escuchas a la gente, la entiendes, y aprendes mucho.

¿No rompió entonces ningún plato?

No. Creo que solo se me cayó un tenedor (ríe).

En este programa, de hecho, el equipo ejerce un poco de psicólogo de los comensales.

Claro. La clave está en entenderlos, escuchar lo que te están diciendo y empatizar con ellos. A veces son muy bromistas y graciosos, y yo entraba en el juego. Hay que entender que hay gente que viene nerviosa porque no sabe lo que le espera o si su cita le va a gustar. Y tú tienes que decirles: Tranquilo, seguro que lo disfrutas. Y si no sale bien, al menos has vivido una experiencia.

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Si lo necesitara, ¿se atrevería a buscar pareja en un programa así?

Soy una persona muy tímida, así que creo que tendría mucha vergüenza de conocer a alguien sabiendo que hay cámaras que me están grabando. Me cohibiría un poco. Pero bueno, yo ayudo a los demás a que se conozcan y que tengan una experiencia lo más agradable posible.

Hay gente que está convencida de que entre los comensales hay actores...

Te puedo prometer que no hay actores. Además, ellos no se ven, no saben lo que les espera, les dejamos interactuar y que pase lo que tenga que pasar.

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Su anterior experiencia televisiva se remonta a hace tres años, en la nueva etapa de 'El precio justo'. Pero durante este tiempo no ha vuelto a pisar un plato. ¿Por qué?

He estado de gira como actriz y también formándome, porque sigo haciendo estudios de interpretación distintos para seguir avanzando. Es importante, siempre te queda algo que aprender por ahí. También tenía la carrera... Así que hacía muchas cosas a la vez y me tenía que organizar.

Ha estudiado Derecho y Arte Dramático. ¿Ha pensado ejercer como abogada?

No, no le tengo ningún amor, pero entré ahí y en mi cabeza estaba lo de terminarlo. No es mi vocación pero también me ha dado muchas cosas. A medida que transcurre la carrera ves que hay más salidas, que hay otras partes que a lo mejor te pueden interesar de cara a un futuro, por si acaso. Porque imagínate que lo de actriz no me funcionase. Pero vamos, no era mi principal objetivo.

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Hay gente que dice que nunca hay que trabajar con la familia. Pero usted lo hace, porque Carlos Sobera es su padrastro.

Por suerte nos entendemos superbien. Tengo clara mi posición aquí, que es la de aprender. A mí me gusta aprender de todo tipo de funciones, de regidores, de producción, de la parte técnica, juntarme con los cámaras, con los de sonidos, relacionarme con todo el mundo para aprender de ellos... Y en el teatro es una empresa familiar que lleva muchos años. Puede que haya estado en mil escuelas o hecho mil cursos, pero lo que de verdad me ha hecho crecer es estar de gira durante estos dos años, con los actores que he estado. Se trata de ir haciendo pinitos para hacer una carrera que espero que sea de fondo.

¿Ha pasado entonces por un 'casting'?

Sí, he pasado mi 'casting', como todo el mundo. Incluso en el teatro, si ven que es un personaje pequeño que a mí me puede servir de mucho. A día de hoy no soy la misma que cuando empezó, y yo creo que ha sido gracias a estos dos años de subirme ahí y romper con un montón de cosas y aprender mucho, incluso del público, que es el que manda.

Pero es inevitable que haya gente que piense: Arianna está ahí porque es la hijastra de Carlos Sobera.

Lo entiendo. Pero al final, si piensas un poco más allá, mi familia está trabajando ahí pero no está para meterme en ningún lado. Puede que a lo mejor tenga más acceso a información de si hace falta alguien para un 'casting', hay veces que les ha cuadrado y otras que no, pero nadie va a poner en riesgo su trabajo por una persona, siendo un trabajo de tanta gente.

¿Pesa tener el apellido Aragón, con todo lo que ha representado en el mundo del espectáculo?

Claro. Es maravilloso que todavía a día de hoy se acuerden de aquella época, porque han pasado muchos años. Es superbonito. Pero también tengo esa cosa de si esperan mucho por ser la nieta de Fofó. Así que es como una batalla: está muy bien, pero tienes que tener cuidado.

Tal vez el público esperaba que desarrollara una carrera en la comedia, ya que la familia Aragón siempre ha estado ligada a ella.

A mí me parece que la comedia es lo más complicado que hay, hacer reír no es fácil. Tengo compañeros que me dicen que soy graciosa, yo no me veo así, así que ya veremos...

Millones de niños crecieron con los programas televisivos de los Aragón. Usted no llegó a conocer a su abuelo, ¿pero ha visto sus 'shows'?

Me acuerdo que me ponían unos DVD en blanco y negro y me cuentan que yo los quería ver todo el rato y decía: ¡más, más! Eso sí, no me explicaban que era mi abuelo porque tampoco lo iba a entender.