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La crítica de Monegal: Marta Rovira 'return' y TV3 vibra

Marta Rovira a su llegada a Catalunya

Marta Rovira a su llegada a Catalunya / TV3

Ferran Monegal

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Hoy se cumplen diez días del regreso de Marta Rovira. Ha sido muy notable el balance televisivo que le ha otorgado TV3 durante estos días. Todos los ‘Telenotícies’ le han proporcionado una estupenda atención y cobertura.

El viernes 12, día que emprendió su retorno, las cámaras siguieron su paso por Salses (Rosselló), y a su llegada a Cantallops (Alt Empordà) emitieron su famoso aviso a navegantes: «Som aquí per acabar el que vam començar (..) ¡Cap a la República Catalana!». El sábado 13 nos ofrecieron el recibimiento que le dispensaron en Vic. El Lunes 15 resaltaron su alocución en la que advertía «Hoy no soy tan optimista como la semana pasada». El martes 16, magno recibimiento de Marta Rovira en el Palau de la Generalitat. El miércoles 17, a raíz de nuevas informaciones sobre ‘Los carteles del alzheimer’, emitieron su aclaración personal, tajante, ante la tropelía cometida: «¿Piensan ustedes que yo habría autorizado un cartel de estas características? ¡Pues no!». El jueves 18 «¡Marta Rovira vuelve al Parlament seis años después». Y el sábado día 20 hermosas imágenes campestres de Marta recibiendo el cariño de la Acampada Joven en Sant Sadurní . O sea, una vibrante y prolongada visibilización televisiva durante estos primeros diez días de su ‘return’. Podría parecer una atención desmesurada, pero bien mirado, y desde un punto de vista estrictamente periodístico, este foco permanente de TV3 hacia Marta Rovira creo que tiene sentido. Con Oriol Junqueras en fase de ermitaña meditación sobre su propio destino, y con el president Pere Aragonés que ha decidido prácticamente autodiluirse, Marta es hoy la única líder de ERC en el rompecabezas de la gobernabilidad de Catalunya.

El que ha quedado más desasistido por TV3 estos días ha sido Carles Puigdemont. Debe ser terrible para él pasar inadvertido. Habrá tomado nota de cómo ha llegado a Catalunya Marta Rovira: con TV3 a su servicio pero sin movilizaciones, ni autocares llenos de excursionistas en la frontera para recibirla. Habrá tomado nota para no hacer lo mismo. Lo que Puigdemont necesita cuando regrese es una gran escenografía. Entonces el relato televisivo puede alcanzar una épica casi divina. Y si la policía le detiene unos minutos, y las cámaras enfocan bien ese momento, aparecerá en todos los telediarios del mundo. Como la oreja de Trump. Aleluya.

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