EUROVISIÓN 2024
Así se vivió Eurovisión en Malmö: "Momentos de tensión y poca trasparencia"
Los eurofans hacen balance de su experiencia desde dentro. Suecia apacigua las aguas en un certamen lleno de sombras y polémicas.
![Estadio Malmö Arena en Eurovisión 2024](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/clip/006bbcfa-fbe7-412f-8a18-82067537d846_16-9-discover-aspect-ratio_default_0.jpg)
Estadio Malmö Arena en Eurovisión 2024
![Layla Zaoui](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/epi/public/file/2022/1213/10/layla-zaoui-38720db.png)
![Layla Zaoui](https://estaticos-cdn.prensaiberica.es/epi/public/file/2022/1213/10/layla-zaoui-38720db.png)
Layla Zaoui
TikToker
Tiktoker en El Periódico y a veces Youtuber en el canal Perduda entre Paraules. Especializada en periodismo cultural y podcasting. Licenciada en Literatura Comparada (UB) y máster en Periodismo e Innovación en Contenidos digitales (UAB). Hablo fluido en idioma memes.
He participado como presentadora y directora en el programa radiofónico Els Censurats de Radio Sant Boi, colaboradora en Club Dante Junior de RTVE y ponente en conferencias literarias.
El desacuerdo generalizado de los eurofans sobre la participación de Israel en la edición 68 de Eurovisión ha sido motivo de polémica intermitente a lo largo de estos meses. La escalante tensión ha obligado a la organización a tomar medidas de seguridad insólitas frente a la oleada de protestas y manifestaciones que amenazaban con poner en peligro la celebración del concurso. Ante la situación, las autoridades suecas reforzaban su protocolo con la ayuda externa de Dinamarca y Noruega.
La asistencia policial fue notable en toda la ciudad, pero se hizo más presente alrededor del recinto del Malmö Arena y la 'Villa Eurovision’, situada en el céntrico Folkets Park y donde se concentraron diversas actividades para los eurofans. “Se podían oír helicópteros sobrevolando la zona, pero no nos sentimos inseguros en ningún momento”, “pese a todo, el ambiente era festivo” narra Blai, seguidor que viajó a Malmö el pasado fin de semana.
Isma, un eurofan que ha tenido la oportunidad de asistir de manera regular al certamen, incluyendo Copenhague (2014), Kiev (2017), Turín (2022) y Liverpool (2023) señala esta edición como una de las más tensas hasta el momento. Sin embargo, destaca que el mayor grueso de agitación se ha vivido sobre todo a través de las redes sociales. “En el lugar del evento, las cosas no parecían tan intensas. Aunque sí hubo momentos de tensión”. Después de que el representante de Países Bajos no acudiera a los ensayos previos, rápidamente saltarían las alarmas de todos los fans, quienes se mostraban ansiosos por saber qué estaba pasando. Pero no fue hasta el mismo sábado, a pocas horas de empezar la gran final, que la EBU no emitió un comunicado oficial anunciando la expulsión de Joost Klein del festival a través de sus redes.
Las manifestaciones, localizadas en diversos puntos de la ciudad, no suponían ningún problema más allá de las aglomeraciones puntuales, cuando los manifestantes se dirigían al Malmö Arena, lugar donde se celebraba la velada este año. Algunos espectadores señalan momentos delicados durante la entrada general al estudio: “A la hora de entrar, los manifestantes nos instaban a hacer boicot a Eurovisión”. Pese a ello, el testimonio de Sandra, española que viajó hasta el país anfitrión para ver de cerca el festival, insiste que fueron “manifestaciones totalmente pacíficas”.
Las protestas también tuvieron lugar dentro del estadio. Durante la gala final y ensayos previos abiertos al público se pudo ver una clara reivindicación en contra de la representación de Israel. Los asistentes ensordecieron el estadio con abucheos y pitidos durante la canción ‘Hurracane’ de la intérprete Eden Golan. Fueron tan estridentes, que difícilmente pudieron ser silenciados con los aplausos enlatados que los organizadores incluyeron para aplacar el escarnio. “Hubo tanto aplausos como abucheos, pero mucho más prominentes estos últimos“, “en su actuación, aparte de abucheos y gritos de ‘free Palestine’, muchos cantaban la canción de Países Bajos a modo de reivindicación” destaca Sandra.
Aunque si hay algo que se repite en el testimonio de los entrevistados es la falta de transparencia que se vivió desde dentro: “No se informó de nada en ningún momento. Por parte de la organización: desinformación total. Hubo momentos de tensión cuando algunos países no estuvieron presentes en el desfile de banderas. Se presentó la gala hablando de las actuaciones que veríamos, pero no se comentó nada acerca de las ausencias” comenta Isma. “Cuando Irlanda no apareció en los ensayos, nadie dijo nada. Nos enteramos a posteriori leyendo las redes sociales” comenta Sandra, presente en el ensayo general.
Pese a los imprevistos y polémicas agravados durante los últimos días de esta edición, el gran miedo entre los eurofans era que Israel se llevara la victoria a casa. “Celebrar Eurovisión 2025 en Israel sería la muerte del concurso” aclamaban muchos en las redes sociales. Finalmente, Suecia salvó la noche y apaciguó el certamen con un final no tan amargo como se esperaba, aunque dejando en evidencia demasiadas sombras y una necesidad de cambio para la próxima edición.
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