Tú y yo somos tres

La crítica de Monegal: Declárate ‘rojito’ y tu basura quedará limpia enseguida

Monegal

Monegal

Ferran Monegal

Ferran Monegal

Por qué confiar en El PeriódicoPor qué confiar en El Periódico Por qué confiar en El Periódico

Si crees firmemente en Dios, tus pecados te serán perdonados, cuentan las Sagradas Escrituras. ¡Ahh! Hace tiempo que rutilantes estrellitas de Tele 5 han tomado nota de esta virtuosa cita bíblica. No importa lo canalla que pueda ser el producto televisivo que fabrican, lo que cuenta es cómo se posicionan en eventos, manifestaciones, acontecimientos, presuntamente considerados de signo ideológico ‘rojizo’, aparentemente de izquierdas, o hasta progresistas.

Se generaliza la impostura. Mediaset ha anunciado que va a cerrar el ‘Salvame naranja, limón, tomate y tutti frutti’, y desde Gabriel Rufián hasta Pablo Iglesias, se han rasgado las vestiduras. No es nuevo lo que ocurre. «Nadie se atreve ya a parecer lo que es», escribía Jean-Jacques Rousseau en 1765, y se quejaba del ‘gran carnaval’ de una emergente sociedad llena de máscaras y sombras deformantes, en donde la apariencia y la realidad se confundían. Los ‘Sálvame’ nacieron porque, con ‘Aquí hay tomate’, a Mediaset la cosían a demandas los afectados por los retorcimientos y mentiras que allí se fabricaban cada día. Los ‘Sálvame’ nacieron para regurgitar la papilla entre ellos mismos. Y en este microondas de la víscera, los cocineros oficiantes, esa aristocracia de la casquería, se pusieron a hacer paralelamente posturas para camuflar el tipo televisión del que tan ricamente viven.

Juzgadme por lo que digo, no por lo que hago. Es una ilusión que fructifica. Y efectivamente han conseguido que desde Iglesias a Rufián, insignes políticos, les consideren pura izquierda, pura progresía, puros ‘rojos’ magníficos que hay que defender porque hacen guiños que gustan mucho, como aquel grito tan famoso de abril de 2020, cuando el presentador estrella del imperio exclamó: «Este programa es de rojos y maricones. Queda dicho». ¡Ah! Pelillos a la mar con la televisión que fabrican. Aquí lo que interesa es la connivencia entre los famosos de la tele y la política. 

Tiene razón Rufián cuando ha dicho: «Para telebasura, algunas tertulias y telediarios de insignes periodistas». Sí señor. Llevo 30 años denunciándolo en esta columna, y señalando, desde TV-3 hasta TVE, o sea, sobre todo las públicas. Pero en la frase de Rufián hay trampa incluida. Que algunos informativos sean instrumentos de intoxicación y dopaje colectivo, no redime, ni limpia, el llamado ‘entretenimiento basura’ que en el berlusconiano imperio se practíca.

Suscríbete para seguir leyendo