Tú y yo somos tres

La crítica de Monegal: La venganza de Vargas Llosa: novela sobre la Preysler

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Monegal / TELEVISION MONEGAL

Ferran Monegal

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Entrando de lleno en el mundo del cotilleo televisivo sobre las llamadas ‘celebrities’, es mucho más interesante la ruptura de la Preysler y Vargas Llosa, que la reconciliación de Tamara con Íñigo.

Lo de Tamara tiene poco recorrido analítico. Como escuché el otro día en una tertulia: «Lo único interesante de este arreglo es que abre la puerta a una próxima infidelidad de Iñigo». Lo de ‘tito’ Mario e Isabel, en cambio, aún siendo también material del mundo cotilla, tiene perfiles de mayor categoría. No solo los programas que albergan secciones del chisme (‘Ana Rosa’, ‘Sálvame’ o ‘Socialité’ en T-5, o ‘Espejo público’ y ‘Ahora Sonsoles’ en A-3), sino también en los ‘Informativos’, le están haciendo un meticuloso seguimiento a Vargas Llosa. Han recordado cuando el Premio Nobel, antes de lo suyo con la Preysler, consideraba un horror que la revista ‘¡Hola!’ pudiera ocuparse de él, y peor aún ser objeto de alguna de sus portadas. Pero los años pasan y la vida te conduce, y te instala, en paisajes que antes considerabas horribles. Y lo más maravilloso, resulta que te encuentras comodísimo.

Precisamente la escritora Pilar Eyre acaba de recordar en ‘Tot es mou’ (TV-3) cuando la agente literaria Carmen Balcells –en aquellos fantásticos años del ‘boom’ de la literatura latinoamericana– le decía a Vargas Llosa que una portada del ‘¡Hola!’ significaría un impulso colosal para su obra. O sea, que todo en la vida es relativo, y como decía Groucho Marx: «Estos son mis principios, pero si no le gustan tengo otros para sustituirlos». En la tertulia de esta mañana de ’Ana Rosa’ (T-5) advertían que es probable que tito Mario practique la venganza típica del escritor: una novela, con los puntos sobre las íes, en la que Isabel Preysler fuera la protagonista.

No van desencaminados. Estos días algunos analistas ilustrados han rescatado una narración corta, ‘Los vientos’, que Vargas Llosa colgó en el portal ’Letras libres’, el 1 de octubre de 2021. Y en concreto un parágrafo que dice: «Ya me olvidé del nombre de aquella mujer por la que abandoné a Carmencita (..) Fue un enamoramiento de la pichula, no del corazón. De esa pichula que ya no me sirve para nada, salvo para hacer pipí». Dado que la esposa que abandonó Vargas Llosa se llama Carmen Patricia, parece que ya aquel octubre el escritor ensayaba lo que va a ser el catárquico novelón, con la Preysler –quizá hasta sin necesidad de citarla por su nombre-- de protagonista.

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