La crítica de Monegal: Intérpretes sometidos a un intolerable tobogán

Siempre me he preguntado cómo viven, qué sienten, qué piensan, los intérpretes de una serie cuando por fin una cadena de televisión la pone en sus parrillas y la estrena. Normalmente pasan meses después de haberla rodado. Y cuando por fin el público, la audiencia, puede ver su trabajo, para los intérpretes debe ser un acontecimiento importante.

Y siempre me he seguido preguntando si se sienten bien tratados. Pongamos un caso de actualidad, el de la la exquisita y delicada actriz Elena Rivera. En un intervalo de tiempo de menos de 10 días la hemos visto protagonizando en TVE-1 la serie ‘Sequía’ y ahora en A-3 TV la serie ‘Alba’. Hay una gran diferencia en cómo la han tratado. El estreno de ‘Alba’ en A-3 ha sido previamente muy bien promocionado. Y su primer capítulo, en horario estelar, ha arrasado en audiencia. No le ha mermado un ápice que la serie, entera, ya estuviera colgada en el portal de pago Atresplayer desde marzo de 2021.

Elena Rivera interpreta a una joven que es violada. Aparece golpeada, vejada, aturdida, tendida en la playa de Villajoyosa. Hace un trabajo estupendo esta actriz: nos transmite enseguida el trauma, el calvario, el desgarro que invade a toda mujer que es violada. Hace una semana emitió TVE-1 el último capítulo de ‘Sequía’, serie en la que también Elena Rivera tiene un papel protagonista. Interpreta a una inspectora de policía que investiga dos crímenes ocurridos en la frontera con Portugal. Es una buena serie. Pero TVE-1 la ha tratado muy mal. Más que emitirla parecía que se la sacaban de encima, como quien se pone en la ventana a sacudir una alpargata. El capítulo siete, por ejemplo, yo no he llegado a descubrir cuándo lo emitieron. Y el ocho, el último, lo soltaron escondido en algún hueco de la parrilla, cerca de la una de la madrugada. Ni la audiencia ni Elena Rivera ni el resto de intérpretes merecen este desprecio, este desastre de planificación y de emisión.

Este tipo de series, bien hechas, con amplio rodaje en exteriores, suelen costar un mínimo de 500.000 euros por capítulo. De 'Sequía’ han sido ocho episodios. O sea, cuatro millones. Ya sé que todo esto del dinero –nuestro dinero– las cadenas públicas, en lugar de llevarlo con transparencia lo llevan con sospechosa opacidad. Es hora de exigirles luz y taquígrafos. Es hora de comenzar a exigir responsabilidades.

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