El fichaje de 'Toy boy 2'

Álex González: "Siempre he sido bastante pudoroso con los desnudos"

"En 'Toy boy' he tenido que investigar qué significa no tener límites", asegura el actor

Alex González

Alex González / ANA BELÉN FERNÁNDEZ

Marisa de Dios

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A Álex González no solemos verle haciendo comedia. Le suelen reservar papeles de guaperas de acción ('El Príncipe', 'Vivir sin permiso', 'Tierra de lobos'...), de galán romántico ('Fuimos canciones') o dramáticos ('Tres caminos'). Por eso está tan feliz con El Turco, el personaje que interpreta en 'Toy boy', la serie producida por Plano a Plano para Atresplayer Premium. «Un villano con muchas caras» que «acaba siendo muy cómico», según lo define él.

En 'Tres caminos' hizo de mexicano y tuvo que trabajar el acento y en 'Toy boy' es El Turco. Últimamente está muy internacional. 

Sí. Lo llaman El Turco porque mató a un señor con un cuchillo otomano, pero es de padre español y madre italiana. Con el personaje de Federica Sabatini, que hace de mi hermana, hablo en castellano e italiano.

Ahora no tiene que hablar con acento italiano, pero esos matices se le dan bastante bien. 

Y acabo de terminar otra serie para Amazon Prime Video, 'Marea negra', en la que hago de gallego y tenía que poner ese acento. Trabajar con acentos es un reto, pero si consigues dominarlo llega a convertirse en una herramienta maravillosa. Pero para hacerlo tienes que echarle muchas horas.

El Turco es el dueño del nuevo local nocturno de Marbella en 'Toy boy', el One per Cent, pero él lo que quiere es dominar el cien por cien de la ciudad. 

El nombre del local es por lo que se dice de que el uno por ciento de la sociedad es el que domina al resto, y él es un personaje que está obsesionado con el poder, y no solo con el dinero. Pero también tiene mucho sentido del humor, que es lo que me enamoró de él. Porque a veces te ofrecen el personaje del malo que parece que tiene muchas caras, pero al final dan todas al mismo patio. En cambio, El Turco puede ser violento, despiadado y, sin embargo, es muy tierno con su hermana, es un tipo con muchos principios.

¿Se fiaría de un tipo como él?

Sí, porque en el fondo El Turco es uno de los pocos personajes de la serie que no miente. Es verdad que puede ser un poco sanguinario y no le tiembla el pulso si tiene que cortarle la cabeza a alguien, pero es bastante transparente. Puede ser muy dañino si le traicionan, pero si no es bastante leal.

Creo que es un poco pudoroso con las escenas subidas de tono. En 'Toy boy' habrá tenido que perder la vergüenza, porque tiene unas cuantas con Macarena (Cristina Castaño)

Siempre he sido bastante pudoroso, pero aquí como es parte del personaje... Hay otras veces que ves claramente que la cadena necesita que en un momento determinado de la serie haya un desnudo, y ahí cuesta más. Pero en este caso era parte de la construcción del personaje. El Turco es un tipo que no tiene límites, al que le gusta provocar, y una forma de prepararlo era investigar qué es lo que yo conozco de no tener límites con nada.

'Toy boy' es transgresora en el sentido de que explota la sexualidad masculina más que la femenina, con los desnudos y los bailes de los 'strippers'.

En el momento que estamos viviendo de cambio, eso me parece maravilloso. Es una serie pionera en ese sentido. De hecho, es algo que aplaudo de mis compañeros. Viendo la serie no te percatas, pero haciéndola te das cuenta de que es realmente difícil estar en calzoncillos y con ese nivel de exposición tan grande durante tanto tiempo. Además del sacrificio que tienen con la dieta, con el ejercicio, con las coreografías... Jesús Mosquera, Raudel, José y Carlo tienen toda mi admiración.

¿Se hubiera atrevido a hacer de uno de los 'strippers'?

Pues cuando me llamó César Benítez, el productor de la serie con el que ya había hecho 'El Príncipe', pensé: «Por favor, que no sea para 'Toy boy', que no estoy ahora para quitarme la camiseta». Enseguida me dijo que era para otro personaje, me mandó los guiones y me bastaron tres páginas para enamorarme ya no del proyecto, que me encantaba, sino del personaje. ¡Y cuando vi que no era 'stripper' me relajé un poco! (ríe) Pero ahora me sé todas las coreografías y mi sueño sería que pusieran a El Turco a bailar.

El Turco está obsesionado con el poder, pero también tiene mucho sentido del humor

¿Considera que su físico ha marcado mucho su carrera? Porque ahora está variando de papeles, como en 'Tres caminos' donde interpreta a un enfermo de ELA, pero antes le reservaban el papel de acción y del guapo de la función.

En los comienzos creo que queremos hacer todo lo contrario de lo que somos para demostrar que puedes hacer otras cosas, y con el tiempo he aprendido que lo mejor es ir a favor de lo que tú tienes porque, a partir de ahí, es mucho más fácil ofrecer otra cosa. Al final, el físico o la voz son cosas muy características de un actor o de una actriz y te marcan, pero ahí está en tu mano cómo los quieras utilizar. Quizá ahora tengo menos pudor y menos problemas tanto para mostrarme desnudo en una secuencia o si me contratan para hacer de guapo, porque sé que en el fondo puedes hacer de todo.

Ahora, además, disfruta porque El Turco, aparte de ser el villano de 'Toy boy', tiene un punto de humor negro, usted que siempre ha reclamado hacer comedia.

Sí, tengo muchas ganas de hacer comedia. Y este personaje, aunque en otro contexto, es de alguna forma muy cómico. Ya estaba escrito así. Los guionistas son muy talentosos y la serie, el personaje y los diálogos son muy divertidos. En este caso, me han dejado aportar alguna cosa que se me iba ocurriendo a medida que exploraba el personaje y la verdad es que tiene bastante comedia.

¿Ha podido aportar entonces mucha cosecha propia al personaje de El Turco?

A veces me han comprado ideas y otras me han dicho que no. Al final un trabajo creativo se tiene que hacer así. ¡Si te lo compran todo hay algo que no está funcionando! Hay que probar, probar y probar, y trabajar en equipo. Así es como van saliendo las cosas.

¿Qué puede avanzar de la serie que acaba de rodar para Amazon Prime, Operación 'Marea negra'?

Es una miniserie de cuatro capítulos dirigida por Daniel Calparsoro y está basada en un hecho real: en un chico que tenía una vida normal, que era boxeador y marinero, y le ofrecieron traer un narco submarino con 3.000 kilos de coca desde Brasil.

Vamos, una historia de narcos.

Lo que pasa es que Daniel decidió poner el acento no en el narcotráfico en sí, sino en la historia épica de una hazaña a la altura de Cristóbal Colón o de Magallanes, de alguien que casi sin recursos consigue traer un sumergible hecho de fibra de vidrio y cruzar el Atlántico y el Amazonas. Además, sorteando a la Guardia Civil y a la DEA. Así que más que una historia de narcos es una historia de aventuras.