Actriz de 'Com si fos ahir'

Carlota Olcina: "El abuso de poder es algo muy común en mi profesión"

"La producción propia de TV-3 forma parte de nuestra cultura", afirma la intérprete catalana

La actriz Carlota Olcina

La actriz Carlota Olcina / ÁNGEL GARCÍA

Marisa de Dios

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Carlota Olcina (Sabadell, 1983) es una de esas actrices a las que hemos ido viendo crecer en televisión con el paso de los años. Debutó en la pequeña pantalla con solo 15 años y, desde entonces, ha ido encadenando series como Laberint d’ombres, El cor de la ciutat, Amar en tiempos revueltos, Gran reserva: el origen, Seis hermanas, Nit i dia y Merlí, que ha ido compaginando con numerosas obras teatrales y películas como El cuerpo y Salvador (Puig Antich). Ahora ha regresado a TV-3, la cadena en la que comenzó, como uno de los fichajes de los nuevos capítulos de la telenovela de sobremesa Com si fos ahir.

En Com si fos ahir interpreta a Cristina, la dueña de un catering que ha decidido ampliar su negocio con la ayuda de la consultoría de Miquel (Eduard Farelo) y Gemma (Àurea Márquez). ¿La definiría como una mujer ambiciosa, aunque esté tan pendiente de la conciliación familar al ser madre? 

Es una mujer resolutiva, con iniciativa y energía, a la que le gusta mucho trabajar, pero a día de hoy no la describiría como ambiciosa. Justo ahora nos estamos conociendo. Es bonito ver cómo poco a poco van apareciendo rasgos de ella o nuevas situaciones que acabarán configurándola.

¿Esa ampliación del negocio le producirá muchos quebraderos de cabeza o problemas familiares? Porque la relación con su marido, Quique (Biel Duran), parece bastante sólida...

Bueno, le acarreará algunas complicaciones... Evidentemente, los nuevos personajes han entrado a la serie precisamente para que haya conflictos y sean desencadenantes de un montón de cosas a muchos niveles, ya veremos de qué tipo y con quién. Es la forma de dinamizar una serie diaria, que tenga movimiento y esté viva.

¿Qué le gustó de Cristina cuando le propusieron el papel? 

Es una sorpresa constante porque la estoy descubriendo poco a poco. Me dieron unas pautas iniciales y es como un juego ver hacia dónde me lleva este personaje. No estaba definida desde un primer momento teniendo grandes premisas, sino que es un trabajo de desarrollo y de ir encontrándola y construyéndola a lo largo del camino. Es un reto excitante trabajar así.

Todavía lleva poco tiempo en la serie, poco más de un mes de rodaje, pero ¿piensa que podrá hacer aportaciones personales a su personaje?  

Totalmente. En este tipo de serie diaria contemporánea creo que funciona que puedas aportar una parte de ti muy grande. Eso enriquece el personaje. Todo lo que puedan aportar los guionistas, los directores y los actores sirve para sumar.

¿Ha sido especial volver a los orígenes, a una serie diaria de TV-3, como cuando empezó con sus casi seis años en El cor de la ciutat

Sí, hay un componente emotivo muy importante. Comencé a los 16 años en El cor de la ciutat, y el pasado septiembre se cumplieron 20 años de su estreno. Antes había hecho capitulares en Laura y Laberint d’ombres.

Las telenovelas de sobremesa de TV-3 son toda una institución en Catalunya. 

Absolutamente, y tiene que ser así. Es importante que haya ficción propia. Tenemos que luchar para que se mantenga.

El pasado verano, los actores de Com si fos ahir protagonizaron un vídeo que se hizo viral, en el que reclamaban que la serie continuara en antena, debido a las dudas que había sobre su supervivencia a causa de los problemas presupuestarios de TV-3. 

Sí, lo vi, hubo un momento de caos. Me alegro de que continúe. La producción propia se tiene que mantener porque forma parte de nuestra cultura. Y la cultura se tiene que cuidar y hacerla crecer.

Esta serie ha mostrado temas controvertidos, como una relación estable a tres bandas entre los personajes de Quim (Jordi Rico), Cati (Olalla Moreno) y Xesca (Núria Gago). ¿Cree que está siendo rompedora introduciendo estas tramas? 

Está muy bien que sea una serie tan contemporánea y actual, se tiene que hablar de las cosas que pasan ahora y de las realidades que tenemos a nuestro alrededor. Si tienes una serie de estas características, encuentro muy bien que se hable de este trío y de todo lo que está pasando. Tenemos que enseñar nuestra actualidad y el momento que estamos viviendo.

También han aparecido temas que implican a los más jóvenes, como el acoso a través de las redes a Júlia (Berta Castañé). 

Sí, la serie está abordando un montón de temas. Estas producciones también se hacen para que sea un canal que pueda ayudar y haga reflexionar, e incluso cambiar las cosas.

¿Cree que una serie tiene el poder de cambiar las cosas?

La cultura es un canal muy poderoso y que puede llegar a mucha gente si se le da la importancia, el tiempo, el espacio y el valor necesarios. Por eso es tan importante que la queramos y la cuidemos.

¿No cree que la cultura está maltratada?

Sí, lo ha estado siempre. Es difícil. En nuestra profesión, muchas cosas son precarias, y con esa precariedad es difícil que las cosas funcionen.

"Series como 'Com si fos ahir' también se hacen para que puedan ayudar y sirvan para reflexionar"

Lleva muchos años trabajando en la pequeña pantalla, pero confiesa que no ve mucho la televisión. ¿No es contradictorio?

Sí, es curioso, pero hace tiempo que he perdido un poco el hábito. Si quiero estar al día de la actualidad pongo las noticias, y veo cosas concretas. Y, si puedo, hago una revisión del trabajo que he hecho, mirándolo constructivamente. 

Usted ha desarrollado gran parte de su carrera en Catalunya, pero también estuvo viviendo cinco años en Madrid, cuando trabajó en Amar en tiempos revueltos. ¿Siempre tuvo claro que volvería? 

En aquel momento no me lo planteaba porque trabajaba mucho. En Amar en tiempos revueltos estuve casi tres años, hice teatro, capitulares en Los misterios de Laura... Aunque sabía que en algún momento tenía que volver. Luego tuve una producción de teatro aquí, Julieta & Romeo. Me gustan mucho las dos ciudades, pero en Barcelona tengo mis raíces, y eso tira. Es un placer ir a trabajar a Madrid, y he vuelto para series como Gran reserva: el origen y Seis hermanas.

Su personaje en Amar en tiempos revueltos rompió moldes al mostrar a una mujer casada que, en la posguerra, se enamora de una amiga y deciden iniciar una relación. 

Sí, fue un personaje importante porque se trataron temas delicados para la época. Se le dio visibilidad a la injusticia que sufrían las mujeres que se querían y para mí fue muy bonito hacerlo. Estuvo muy bien tratado: por guion, dirección... Además, la gente nos lo agradeció mucho por la calle.

Usted lleva muchos años haciendo teatro. ¿Ha renunciado alguna vez a una propuesta televisiva por los escenarios?

Sí, una vez.

Una decisión valiente, ya que los actores suelen comentar que la televisión es el medio que les proporciona más estabilidad.

En aquel momento estaba comprometida con un proyecto de teatro que me hacía especial ilusión desde hacía tiempo. Cada momento tiene sus decisiones y sus circunstancias. ¡Y eso que la serie luego fue buenísima!

Sí que pudo hacer en TV-3 series que triunfaron como Merlí y Nit i dia. ¿Le hubiera gustado un cameo en el spin-off Sapere aude?

¡Claro que me hubiera gustado! Pero Sapere aude tenía una línea muy concreta que ya se sabía que iba a ir por otra dirección. Aunque fue fantástico poder formar parte de la tercera y última temporada de Merlí. Fue un regalo. Recibí mensajes de muchas partes. Es maravilloso cuando haces una cosa aquí y puede llegar a todo el mundo.

Biel Duran y Carlota Olcina, en 'Com si fos ahir'.

Biel Duran y Carlota Olcina, en 'Com si fos ahir'. / TVC

En Nit i dia se reencontró con Lluís Arcarazo, uno de los creadores de El cor de la ciutat, y con Manel Huerga y Oriol Paulo, con los que también había trabajado.

Me hizo mucha ilusión hacerla porque fue una apuesta innovadora, por su formato y por el guion. Además, hacía mucho tiempo que estaba viviendo en Madrid y con esta serie volví a trabajar en el audiovisual en Catalunya, algo que me encantó. Además, era un personaje muy diferente a lo que había hecho antes.

Ahora, además de Com si fos ahir, está a punto de volver a los escenarios. ¿Qué se encontrará el público que vaya a ver Classe?

Ahora estamos ensayando la obra. Estrenamos en Salt, hacemos tres bolos más y el 1 de abril estamos en La Villarroel de Barcelona. Dirige Pau Carrió, y estoy con los actores Pol López y Pau Roca. Es una confrontación a tres bandas entre tres personajes. 

¿Cuál es el argumento de la obra?

Va de una pareja separada que asiste a una reunión con el profesor de su hijo de 9 años. Allá se desencadena un problema. Hay comedia pero, sobre todo, trata sobre la dificultad de aprendizaje y de cómo afecta a nuestras vidas. Para mí, lo más interesante de la obra es que escuchas a los tres personajes y, en cada momento, cada uno tiene su propia verdad y puedes empatizar con él. Pero luego acabas dudando.

En su familia no había precedentes artísticos. Sin embargo, de pequeña confiesa que tenía muchos amigos invisibles, así que no le faltaba imaginación, algo que va mucho con su profesión.

Yo pensaba que el resto de niños también tenían muchos amigos invisibles... De pequeña jugaba hablando sola, me encantaba hacer de maestra, de dependienta... Pensaba que eso formaba parte de la infancia, pero supongo que no, que por ahí ya me venía la vena artística, porque me encantaba cantar y bailar.

"El personaje no estaba definido con grandes premisas, sino que es un trabajo de desarrollo"

Hasta ahora no ha explotado esa faceta musical. ¿Piensa hacerlo?

Más que cantar, me gustaría bailar. Todo lo que tenga que ver con el cuerpo y con el movimiento me parece muy interesante. En nuestro trabajo nos ayuda mucho y es un terreno que se tiene que explotar siempre. Para mí, el cuerpo y el movimiento van muy ligados a la interpretación.

Usted no estudió en el Institut del Teatre, sino en la Escola Memory. ¿Pero qué opina de la polémica por los abusos que han salido últimamente a la luz en ese centro? ¿En algún momento de su carrera ha pasado por alguna situación parecida?

Por suerte, nunca he sufrido acoso sexual. Pero abuso de poder sí, es evidente que eso está y lo he visto a lo largo de los 23 años que llevo trabajando como actriz. Es algo muy común. Yo no estudié en el Institut del Teatre, pero lo que está claro es que hay que decir: basta ya del abuso de poder y del acoso sexual. Es algo que está enquistado en nuestra sociedad y tenemos que romper con este patriarcado, porque no se puede aguantar más. Ahora, poco a poco, afortunadamente creo que vamos por el camino de que desaparezca, porque es horroroso.

Algunas actrices hablan de que el abuso de poder estaba tan interiorizado, que lo veían incluso como algo normal dentro de su profesión.

Es que lo hemos heredado de mucho tiempo atrás, es algo que desafortunadamente lo tenemos muy enquistado. Entre todos tenemos un trabajo muy grande que hacer para comenzar a limpiar todo eso de nosotros y de la sociedad.